Enciclopedia

Una de las asignaturas pendientes de los valencianos es tener las ideas claras, con nitidez científica y probada, acerca de lo que somos, de dónde venimos, cuál es nuestra historia, por qué hablamos como lo hacemos y lo más importante: cuál es el destino que presumiblemente nos espera. Por eso fue muy importante aquel proyecto común que se plasmó en la Enciclopedia de la Región Valenciana, con la asistencia inestimable de Joan Fuster a partir de 1972. La grandeza de la profesión periodística se manifiesta cuando el protagonista tiene la oportunidad de ser testigo de una época. Pocas veces hablamos de lo que nos ocurre y si lo contáramos desvelaríamos claves cuyo conocimiento produciría aprendizaje social. Durante el último año me han llegado noticias del proyecto de relanzar una enciclopedia sobre la base de la Gran Enciclopedia de la Región Valenciana publicada de 1970 a 1978. Desde aquella atalaya privilegiada conseguí vivir el proceso de transición de la dictadura franquista a la democracia. Hace apenas dos meses, recibí el ofrecimiento apresurado de redactar una voz: "enciclopedia". En la redacción de esa voz se debía explicar el proceso de elaboración de aquella Enciclopedia en la que coordiné, con Mª Teresa Mas, a más de cien asesores, colaboradores y redactores, y que supuestamente es la base de la que ahora se edita con la denominación remedada de Gran Enciclopedia de la Comunidad Valenciana. No fue posible conformar aquel escrito. Hace menos de un mes recibí otra propuesta apresurada: realizar una entrevista para relatar los aspectos más significativos de aquella experiencia, que me ocupó durante más de ocho años y en el transcurso de la cual estuve a punto de romperme la crisma, como diría Raimon, al servei del meu poble. Nueve meses fuera de circulación permiten a un hombre de 24 años afianzar sus vivencias y sus convicciones. Tras la publicación de la entrevista, he recibido llamadas de personas que compartieron aquellas duras circunstancias con nosotros. He advertido un cierto tono de reproche en sus consideradas palabras, por su impresión de que se hubiera traicionado el trasfondo de una obra y un espíritu de reconstrucción reconciliadora de un país, que presumía más ilusión y esperanza de los que, como después hemos podido comprobar, cabía esperar. No falló el pueblo que las demandaba, sino los trencaperilles que más tarde han conseguido regir los destinos de un país digno de mejor fortuna. Quiero dejar muy claro que estuve comprometido hasta la médula en la Gran Enciclopedia de la Región Valenciana (1970-1978) y no tengo nada que ver con la Gran Enciclopedia de la Comunidad Valenciana, que está próxima a ver la luz. Espero que la segunda consiga ser fiel y respetuosa con la ingente tarea que se hizo en la primera. En la medida que se alcance ese objetivo muchos estaremos satisfechos, aunque sea cierto que la labor de los actuales responsables habrá contado con una inexplicable cesión de derechos de la que ciertamente no pudimos disfrutar los pioneros. Desde la experiencia inicial han cambiado mucho los tiempos, pero en algo se repiten las actitudes y los talantes. Sigue habiendo desconsiderados a la hora de apropiarse del trabajo, del esfuerzo y de las ideas de los demás. Espero que este no sea el caso.