'Viva Zapatero', un documental contra Berlusconi
Silvio Berlusconi es bajito, calvo, multimillonario, aliado de los obispos y amigo de George W. Bush. Silvio Berlusconi nunca ha cumplido una promesa, tiene gracia contando chistes y compone canciones napolitanas. Silvio Berlusconi no se parece en nada a José Luis Rodríguez Zapatero. Por eso, y porque el presidente del Gobierno español encarna los sueños de una cierta izquierda italiana, el manifiesto de Sabina Guzzanti contra el berlusconismo se llama ¡Viva Zapatero! El documental satírico de Guzzanti fue emitido ayer por sorpresa, como broche final de la Mostra de Venecia, y los aplausos sólo amainaron cuando al público empezó a dolerle las manos.
Sabina Guzzanti realizó el año pasado un programa de humor político llamado RAIot para el tercer canal de la RAI, la televisión pública italiana. Sólo se emitió la primera entrega, porque Berlusconi y todas sus empresas, que son muchas, demandaron por miles de millones a la RAI y ésta se echó atrás con el argumento de que no podía arriesgar el futuro de la corporación en un proceso judicial de resultado incierto. El fallo de los jueces no tuvo nada de incierto, porque estableció que la sátira constituía un derecho constitucional y, además, que todo lo dicho por la Guzzanti en su programa -que Berlusconi hacía las leyes a medida de sus intereses personales, que la libertad de prensa en Italia era comparable a la existente en Mongolia- era estricta verdad. Pero RAIot no volvió a la programación. Acaso tuviera algo que ver el hecho de que Berlusconi manda sobre todas las televisiones italianas, públicas y privadas.
Con este punto de partida, Guzzanti ha hecho un documental al estilo de Michael Moore. Los temas abundan: la impotencia y los errores de la izquierda frente a los abusos de Berlusconi, la depuración de periodistas críticos en todos los medios de comunicación, la prohibición de la sátira política, el cinismo con que los neofascistas califican de "grosería" cualquier atisbo de disidencia, la mansedumbre de los periodistas ante el poder. Todo eso es cierto. Parece exagerada la afirmación, muy frecuente en ¡Viva Zapatero!, de que Italia se hunde en un fascismo posmoderno, porque bastaría una oposición un poco seria para desmantelar la gran mentira berlusconiana. El conjunto, pese a todo, se sostiene, y resulta a la vez espeluznante y gracioso.
La Asociación de Autores Cinematográficos avaló en bloque la película y el director de la Mostra, Marco Muller, la presentó personalmente. A Berlusconi no debió quedarle ninguna duda: la "conspiración comunista" vuelve a asomar la cabeza.
