Al presidente de la Junta de Andalucía
No estoy de acuerdo y no lo estaré nunca si no tiene otra solución. Me explico: el 29 de agosto, tenía previsto ir a ver una inscripción referente a unos compatriotas nuestros que los franceses ejecutaron cuando ocupaban Sevilla, que se encuentra en el patio de los naranjos de la Catedral hispalense y, ¿qué me encuentro al iniciar la entrada?, pues que tengo que pagar. ¿Qué tengo que pagar? Sorprendido hago así la pregunta a las personas ocupadas de cobrar. Les prometí que me quejaría a usted escribiendo como lo hago: públicamente, porque yo, que no necesito nada del culto religioso, que no hago uso nada de nada de la religión por mi condición atea, tengo que pagar por lo referido mientras que con dinero público, que también es mío al salir de mis impuestos, se están restaurando en Sevilla más iglesias que en la época del franquismo y, para colmo, el dineral que ha costado la "Operación Giraldillo".
De qué nos sirve el Artículo 16, apartado apartado 3º, cuando no se tiene en cuenta. ¿O es que la cooperación con la Iglesia católica se entiende que tiene que ser económica si no, no es cooperación? Pues, a la jerarquía católica no la harta nadie de dinero ni con la Fábrica de Moneda... Lo que en la Catedral haya que no sea de culto religioso no tiene por qué pagarse y si está establecido así, por parte de quién sea, ¿es aceptado por usted, señor presidente, o por su Gobierno, o por el Parlamento autónomo? La entrada al patio de los naranjos debe ser libre.- Manuel Ceballos Vega. Santiponce (Sevilla).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.