Volkswagen se plantea eliminar 10.000 puestos de trabajo en Alemania
El recorte, anunciado por el semanario 'Der Spiegel', afectaría al 10% de la plantilla en el país
El presidente de Volkswagen, Bernd Pischetsrieder, quiere eliminar más de 10.000 puestos de trabajo de sus fábricas alemanas, según una información del semanario alemán Der Spiegel, que cita planes internos de la compañía. El recorte de empleo supondría alrededor del 10% de la plantilla del primer fabricante europeo de coches en ese país, que asciende a 103.000 empleados. El objetivo es ajustar la capacidad productiva del grupo a las ventas. La empresa no quiso confirmar la información y declaró que no participa en "especulaciones sobre cifras" de la compañía.
Las fábricas de Volkswagen tienen capacidad para producir seis millones de vehículos anuales, pero las ventas se han estancado en los cinco millones.
El recorte de 10.000 puestos de trabajo en Alemania tendría como objetivo resolver ese exceso de capacidad.
El acuerdo alcanzado entre la dirección de la compañía y la plantilla en noviembre del año pasado impide a la compañía despedir trabajadores hasta el año 2011. Por eso, para suprimir esos puestos, sus directivos tendrán que recurrir a despidos pactados y a reducciones de jornada. La medida se suma a la congelación salarial que afecta a los trabajadores del grupo, recogida también en el convenio colectivo sellado en noviembre.
Según asegura Der Spiegel en la edición que sale a la venta mañana, la fábrica más afectada por la nueva medida será la central de Wolfsburgo, a unos 75 kilómetros de la ciudad de Hannover, donde cada vez se registran más defectos de calidad. Wolfsburgo trabaja ya a menos del 70% de su capacidad.
El jefe de esta fábrica, Diezmar Korzekwa, mantuvo una reunión el jueves pasado con representantes del comité de empresa en la que les pidió que se prepararan para hacer frente a una situación difícil, asegura el semanario.
Los problemas de calidad del modelo Golf que se fabrica en Wolfsburgo fueron objetivo de la prensa local esta semana. Según el Braunschweiger Zeitung, en la última semana hubo que realizar trabajos adicionales en más de 900 vehículos defectuosos. Sólo el 88% de los automóviles de esta fábrica salen sin defectos, según un estudio interno, lo que sitúa a Wolfsburgo por detrás de las otras dos plantas que también producen el popular modelo.
El mismo diario informaba también el viernes de que la planta tenía igualmente problemas de disciplina laboral, puntualidad y retrasos en el aviso de bajas por enfermedad.
Según la información de Der Spiegel, una posible victoria de la plantilla de Wolfsburgo para hacerse con la producción de la versión todoterreno del Golf, llamada Marrakesh, no cambiaría las cosas, ya que con ella sólo se salvarían 1.000 empleos.
La dirección amenazó esta semana con fabricar estos vehículos en Portugal si la plantilla alemana no acepta condiciones laborales más flexibles, algo que indignó al poderoso sindicato alemán IG Metall. El convenio colectivo determina que el Marrakesh se montará en Wolfsburgo a partir de 2007.
El grupo Volkswagen está inmerso en un ambicioso plan de ahorro que pretende mejorar sus resultados en 4.000 millones de euros hasta 2008 y paliar así la caída de las ventas, sobre todo en Estados Unidos y China. Los expertos aseguran que a la compañía, que tiene unos costes de producción hasta un 40% superiores a los de sus competidores, le sobran entre 25.000 y 30.000 de sus 340.000 empleados.
El grupo automovilístico, símbolo de la industria alemana, se ha visto además envuelto en un escándalo de corrupción, al descubrir la prensa alemana que el grupo sobornaba a miembros de su comité de empresa con viajes y otros regalos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.