Dos farmacéuticos y una sola botica en Eurovillas

En el centro comercial de la urbanización Eurovillas (Nuevo Baztán) el drama de la farmacéutica Manuela Plasencia contrasta estos días con la alegría del farmacéutico Antonio Rey. Mientras Manuela recoge sus cosas porque tiene que cerrar su local, Antonio prepara los fármacos para abrir dentro de unos días una nueva farmacia. Los dos locales, el que abre y el que cierra, están separados apenas por diez metros de distancia. La misma separación que hay entre la cara de satisfacción de Antonio y la de preocupación de Manuela.

La historia de los últimos 14 años de estos dos farmacéuticos ha girado en torno a un fin: regentar la única farmacia que hay en la urbanización Eurovillas, donde viven 5.000 personas. Manuela se llevó el gato al agua hace nueve años al conseguir el local para esta zona del municipio de Nuevo Baztán. Ella solicitó su licencia en 1992, y la Consejería de Sanidad se la concedió en febrero de 1995, cuando el PSOE gobernaba en la Comunidad de Madrid.

La alcaldesa y los vecinos de la urbanización apoyan a la afectada y piden que pueda mantener su negocio

Antonio la había solicitado un año antes, pero la licencia le fue denegada porque la Consejería de Sanidad consideró en ese momento que el solicitante no había acreditado la existencia de los 2.000 habitantes exigidos en esa época para abrir una botica.

"Los documentos fueron mal interpretados por la Consejería de Sanidad. Yo presenté bien mis certificados, estaban todos los papeles en regla", cuenta Antonio. Él denunció los hechos ante los tribunales y, después de 12 años de juicios, el Tribunal Supremo ha dado la razón a este hombre. Los jueces han considerado que la Consejería de Sanidad cometió un error al concederle la licencia a Manuela. Y han señalado que Antonio tiene derecho a abrir ahora, 14 años después de solicitar la licencia, el local.

Así, Manuela -que ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Constitucional- tendrá que echar el próximo lunes el cierre a su farmacia, tal y como le ha comunicado la Consejería de Sanidad. Atrás quedan nueve años de trabajo y de relación con los vecinos. "Es una sentencia y la tenemos que acatar", señalaron fuentes de la consejería. Antonio abrirá su farmacia en cuanto pase la revisión del inspector, que irá a visitarle el próximo lunes. Ese día se presenta complicado: los farmacéuticos del local desahuciado aseguran que, si pueden, se resistirán al desalojo. Además, han convocado a los vecinos para el próximo sábado al mediodía a una manifestación de apoyo. Desde la Consejería de Sanidad garantizan que los residentes no se quedarán en ningún momento sin servicio. "Hasta que no cierre la primera farmacia no abrirá la otra", señalan.

Ambas farmacias no pueden convivir -por ley - en la urbanización Eurovillas, y eso que la alcaldesa de Nuevo Baztán, la independiente Mercedes Iglesias, cree que los dos locales "son necesarios" para el pueblo. Nuevo Baztán cuenta con una segunda farmacia en el casco urbano, pero este local y el de Eurovillas se quedan "cortos" en verano y los fines de semana, cuando Nuevo Baztán duplica su población. "Además, tenemos previsto en nuestro nuevo plan urbanístico crecer en 15.000 habitantes en los próximos 15 años. Aquí, las farmacias no sobran", señala Iglesias.

La regidora apoya además el trabajo que Manuela ha hecho durante todos estos años en el municipio. "Yo apoyo a mis vecinos, y mis vecinos quieren que la farmacia siga abierta. Tienen mucho cariño a la dueña del local y respetan mucho el trabajo que ha hecho todos estos años", dice, con firmeza, la regidora, que asegura que estos días ha intentado establecer contacto con los responsables de Sanidad.

Todo lo ocurrido ha puesto en un aprieto a Manuela y a los tres farmacéuticos que trabajan con ella. Su farmacia es algo más que una farmacia. Ofrecen cursos de tabaquismo, talleres para adolescentes sobre bulimia, tienen cremas cosméticas de fabricación propia y colaboran con la radio local y con varias asociaciones de vecinos. "Hemos dado charlas y talleres en colegios de la zona y hemos puesto en marcha varios programas de corrección de hábitos alimentarios, de seguimiento de mujeres embarazadas y de atención a la tercera edad", enumera Manuela.

Para ella, la solución pasaría por que la Consejería de Sanidad hubiese indemnizado a Antonio o le hubiese dado "otro local en otra zona". Su farmacia está empapelada con carteles que denuncian lo ocurrido. Los residentes se quejan de que no conocen "al nuevo", y que a la farmacéutica la han tratado "toda la vida". "Me parece una injusticia lo que está pasando, yo no tengo nada en contra del otro hombre, pero a mí me gusta la farmacia de siempre", se quejó Manoli Cortés, mientras hacía cola para comprar medicamentos.

El farmacéutico Antonio defiende su versión. "Es normal que Manuela tenga el apoyo de los vecinos. Yo también lo habría tenido si me hubiesen dado en su momento la licencia: ahora sería el farmacéutico del pueblo. Pero no es el apoyo popular el que da una farmacia, si no, cada farmacéutico tendría una en su propio barrio", explica.

Este hombre dejará su trabajo como industrial para dedicarse de lleno -tal y como le exige la ley -a la farmacia. Nunca en 14 años desistió de su empeño, ni escatimó gastos en abogados. "Yo sabía que llevaba razón. Incluso vendí una parcela que tenía en Eurovillas para costearme los pleitos", concluye.