El silencio es oro
Marco Müller se ha ido de la lengua. El director del Festival de Venecia declaró en este periódico que no había elegido película española alguna para la competición oficial de la Mostra porque cuando el comité de selección vio "las de todo el mundo, las españolas se cayeron solas". Aún más: Müller osó citar cuatro títulos concretos de los por él rechazados.
No hay precedentes. Un director de festival jamás habla de las películas no seleccionadas. Es un acuerdo tácito. Cuestión de buen gusto, y de sensatez: ¿qué productor le va a mostrar a partir de ahora sus películas cuando pueden acabar apareciendo en los papeles como incompetentes? Müller es tipo locuaz, y le gusta demostrarlo en cada una de las diversas lenguas que domina. En más de una ocasión ha sacado de apuros a alguien sirviéndole amablemente de traductor, y tiene el detalle de hablarte en castellano, evitándote esfuerzos. ¿En cuántas lenguas será capaz de decir lo que debería callar? ¿Habrá hecho declaraciones similares sobre otras cinematografías? Apañados estamos.
En el Festival de Cannes no se les ocurrió divulgar en su día que habían rechazado Mujeres al borde de un ataque de nervios, y está claro que desde entonces han hecho todo lo posible para desagraviar a Almodóvar. Los festivales deberían tener una sección donde mostrar sus errores de selección, los ha habido históricos. ¡Tantas películas rechazadas se han convertido luego en hitos inolvidables! Y viceversa, por supuesto.
El verborreico Müller argumenta que el cine no puede continuar siendo clásico (al margen, naturalmente, del norteamericano, añado yo). Lo curioso del caso no es, sin embargo, que Müller se haya saltado a la torera lo que debería ser secreto profesional, sino la ausencia de reacciones, al menos públicas, por parte de los productores españoles. Y con lo que está cayendo contra el cine español desde ciertos medios de prensa, la gota de Müller bien podría colmar la copa de su cabreo. Durante el pasado mes se han dicho bastantes barbaridades; por ejemplo, la mayoría de los defensores de la Ninette de Garci aprovecharon la ocasión para cargarse el resto de las películas españolas, y hasta ha habido quien atribuyó el Premio Nacional de Cine al veterano Gutiérrez Aragón a una recompensa por sus servicios prestados en la película Hay motivo... cuando Gutiérrez Aragón no participó en ella. Y aunque lo hubiera hecho, ¡qué...!
Consta que la Dirección General de Cine ha hecho entrega personal a Marco Müller de una carta de protesta. Ayer mismo. Pero los productores, ¿cómo es que se dejan avasallar así? ¿Presentarán en Venecia sus nuevas películas el año que viene? Pues que se vayan atando los machos.
Porque buenas películas hay; haberlas, haylas. Sin ir más lejos, una de las que se presentan en Venecia, en sección paralela, La vida secreta de las palabras, de la singular Isabel Coixet. Palabras secretas, palabras calladas, algo que Müller no se aplica. Comprobaremos dentro de poco si ha tenido razón al rechazar tantas películas: se anuncia un aluvión de estrenos españoles para las próximas semanas. La temporada empieza animadilla.
Babelia
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