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NOTICIAS Y RODAJES

David Trueba vuelve a sus orígenes en 'Bienvenido a casa'

"Hay que buscar diferentes sonoridades para acercarse a la vida", afirma el director

Daniel Verdú

Una casa en el centro de Madrid. Una escalera tranquila. El caos se aloja en el cuarto piso. Sus inquilinos ruedan. "A mí las embarazadas me dan mucho morbo. Para follar, digo ¿eh?", vocifera Jorge Sanz en boca de su personaje, Lucas, uno de los periodistas que aparece en Bienvenido a casa, la película que en estos días dirige David Trueba. Los auxiliares de producción sonríen, "¡corten!". Trueba se acerca tranquilo a los actores y sugiere algunas mejoras. "Sed más antipáticos", les pide a los que comparten cena en el salón de la casa. La secuencia, de unos tres minutos, es la presentación de los compañeros de trabajo de Samuel (Alejo Sauras) a su novia Eva (Pilar López de Ayala). La casa es la que ambos comparten desde que él se mudó a Madrid para trabajar en una revista. Sus compañeros son Sandra (Ariadna Gil), periodista de sucesos; Félix (Juan Echanove), crítico de cine prácticamente ciego con un ojo a la virulé y un perro lazarillo, él sí, completamente invidente; Lucas (Jorge Sanz), el de deportes; Mariano (Javivi Gil Valle), el crítico musical; y Contra (Julián Villagran), el economista, un radical de izquierdas que considera una obscenidad la liturgia operística en tiempos en los que el lince ibérico está en extinción.

El filme narra el paso de la adolescencia a la vida adulta a través del trabajo

"Quería volver a hacer una historia sobre las cosas que nos preocupan, sobre la vida", explica Trueba en uno de los descansos. "Es una recuperación de algunos orígenes. He hecho cosas que me recuerdan al principio. No me gusta que la carrera te guíe, quería hacer algo más libre e inocente". Dice que esta película se parece más a sus libros. La última que rodó fue Soldados de Salamina, basada en la novela de Javier Cercas y alejada del toque cómico y sarcástico de Bienvenido a casa. "Después de Soldados... corría serio riesgo de tomarme a mí mismo demasiado en serio". Entra a la cocina Julián Villagran. "Fíjate", dice Trueba, "es el hijo español de Toto; si Luis Cuenca viviera, me hubiera encantado rodar una película en la que estuvieran los dos".

Bienvenido a casa es una película sobre un periodo de transición vital. El paso de la adolescencia a la vida adulta, que en gran medida se materializa a través del mundo laboral. En este caso, Samuel comparte trabajo con un equipo de periodistas que han formado una suerte de clan al que poco a poco le introducen. Su novia Eva le anuncia su embarazo y la transición se ve un tanto acelerada, o no. Sus compañeros -"como si fuera un coro griego", dice Trueba- irán metiendo baza en todo lo que puedan. "Pensaba que eras la típica chica perfecta que sabe cocinar", le dice con amargura Sandra a Eva. "Ni sé cocinar, ni soy perfecta", replica. Corten. Descanso para el bocadillo. Todos gritan y bromean. Juan Echanove y Jorge Sanz no paran. Pilar López de Ayala, más silenciosa, parece buscar un lugar tranquilo para refugiarse. "Me encanta este personaje. Me alegro de que no sea otra vez uno de época", dice en referencia a sus últimos papeles mientras acaricia la barriga de un látex blando y siete meses de gestación bien llevados. "Tenemos tres diferentes, para los distintos periodos del embarazo. Todavía me queda una más grande".

"Pilar y Alejo son muy diferentes, eso me interesaba mucho porque genera conflicto", explica Trueba, "hay que buscar diferentes sonoridades para acercarse a la vida". Vuelve a rodar con su mujer Ariadna Gil, y ha elegido para la película un reparto de escuelas realmente distintas: Concha Velasco (en el papel de la madre de Samuel), Echanove, Alejo Sauras... "Yo no hago los castings de oídas, sólo pienso en la película que quiero hacer". ¿Madrid? "Es otro personaje. Es el caos. Vas al parque con tu niño y hay al lado un tío abriendo una zanja para hacer una autovía. Pero es auténtica".

Pilar López de Ayala, en el rodaje de <i>Bienvenido a casa,</i> de David Trueba.
Pilar López de Ayala, en el rodaje de Bienvenido a casa, de David Trueba.GUILLERMO RODRÍGUEZ
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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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