Los reparos del PSOE al texto del Estatut resucitan las discrepancias entre los populares

De agua, trasvases y Estatut hablaron ayer los dirigentes del PP en el tradicional almuerzo de inicio del curso político que celebraron en la localidad murciana de San Pedro del Pinatar. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps y el de Murcia, Ramón Luis Valcárcel reunieron a dos ex ministros de Aznar, Federico Trillo y Elvira Rodríguez, y aunque en un principio se anunció la presencia del portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, al final no acudió. Los reparos de la dirección socialista en Madrid a algunos apartados del Estatut valenciano resucitaron las tensiones en el seno del PP.

En el agua y su enérgica defensa a favor de los trasvases están de acuerdo y coinciden plenamente los dirigentes del PP. Quizá la posibilidad de ver juntos a Eduardo Zaplana y a Francisco Camps en un acto público atrajo a un sinfín de altos cargos del PP valenciano, aunque la comida fue en Murcia. La cuestión es que acudieron, entre otros muchos diputados y ediles, el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll y seis consejeros distintos y de diferentes sensibilidades: Miguel Peralta, Gemma Amor, Milagrosa Martínez, Juan Cotino, Gerardo Camps y García Antón. Durante la recepción todo fueron abrazos, besos y anécdotas estivales.

Entre los ausentes, Eduardo Zaplana que había anunciado su presencia, pero al final se quedó en Madrid. Los alcaldes de Orihuela, José Manuel Medina y de Torrevieja, Pedro Ángel Hernández Mateo fueron de los primeros en saludar a Camps, que llegó sobre un todoterreno que conducía su homólogo murciano. Discretamente también se vio entrar en el restaurante al presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, L'Alacantí y la Marina Baixa, Andrés Martínez. Y en esta reunión de "amigos del PP", en palabras de Valcárcel, brilló con luz propia el diputado en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, que saludó con entusiasmo a la militancia congregada. Hasta ahí lo que se pudo ver porque, un año más, periodistas y políticos comieron por separado.

Sin embargo, en esta edición del almuerzo, que un año se celebra en Torrevieja y otro en San Pedro del Pinatar, apenas hubo momentos estelares, ni anuncios grandilocuentes de actividades o proyectos a ejecutar cómo en ediciones anteriores en las que los dos protagonistas además de agua hablaban de trenes, aeropuertos, autopistas, turismo o industria. Ni Camps ni Valcárcel, desvelaron cómo encaran este curso político que se presenta convulso, con un Gobierno socialista mandando en Madrid y un feudo del PP en Valencia y Murcia que deberá meditar si asumir un papel victimista o alardear de ser el último reducto en el que los populares pueden aplicar sus políticas liberales.

Todo iba como la seda, hasta que se empezó a hablar de la reforma del Estatuto valenciano. Ahí se vislumbraron ciertas discrepancias entre los dirigentes del PP que surgieron a raíz de los reparos que han mostrado al texto dirigentes socialistas.

Julio de España, presidente de las Cortes Valencianas y segunda autoridad de la Comunidad Valenciana, se sintió avalado y recordó que "ya mostró dudas serenas" al texto aprobado en su día que manifestó en el "vehículo idóneo" que es dentro del Comité del PP. A su juicio, el anuncio del PSOE de enmendar las cláusulas que establecen que el Estatut de la Comunidad Valenciana tendrá las mismas competencias y disposiciones de los estatutos que se tramiten posteriormente y las que hacen referencia a los derechos históricos, "me da la razón a mí, que pedí tranquilidad y sosiego, buena voluntad por parte de todos" para lograr "el mejor texto" válido para los próximos 25 años. De España reconoció que hubo "excesivos nervios, por parte de compañeros de partido, alguno con un espíritu demasiado abigarrado que pensaba que por discrepar intentaba desestabilizar al PP, y sólo quería avanzar en el modelo del PP".

Bien distinta, sin embargo, fue la opinión que minutos antes ante el auditorio manifestó el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien dijo que no cree "en la España de los privilegios ni de la asimetría" en el nivel de competencias de cada comunidad, y aseguró que la reforma estatutaria presentada a las Cortes es "constitucional hasta las cachas".

El presidente de la Generalitat, ante la posibilidad de que el PSOE enmiende el texto para, entre otros fines, eliminar la llamada "cláusula Camps", apuntó que "no tiene por qué haber algún problema en su tramitación parlamentaria" porque la reforma estatutaria cuenta con el consenso de PP y PSOE a nivel regional y nacional, no modifica leyes del Estado y se adapta a la Constitución.

Camps consideró que "el PSOE tiene un problema, pero no en Valencia, y no sabe cómo encauzarlo", y reiteró que no tolerará "asimetrías" en el techo competencial de las regiones.