_
_
_
_
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

La nostalgia por la contracultura perdida marca el Festival Howl! de Nueva York

Allen Ginsberg gritó Howl! (Aullido) por primera vez hace exactamente 50 años en la Six Gallery de San Francisco durante un encuentro informal entre poetas. Un año después Aullido y otros poemas se publicaba en Estados Unidos, escandalizando a la sociedad norteamericana con su lenguaje y su carga crítica y convirtiéndose, tras un juicio por indecencia, en el símbolo del inconformismo, la experimentación y la libertad de espíritu que caracterizó a los escritores de la generación beat. Esos mismos conceptos marcaron también la vida del East Village y el Lower East Side de Nueva York, donde vivió Ginsberg, entre las décadas de los sesenta y ochenta, pero comenzaron a languidecer en los noventa con lo que en la ciudad se define gentrification, el proceso por el que cíclicamente atraviesan los barrios marginales de las ciudades, que tras ser colonizados por artistas, comienzan a florecer como centros de ocio y finalmente acaban siendo fagocitados por las inmobiliarias, que expulsan a sus bohemios habitantes a favor de otros económicamente mejor situados.

Para luchar contra esa gentrification que parece estar apoderándose de esos míticos barrios neoyorquinos, nació hace tres años el festival Howl!, que esta semana vuelve a intentar demostrar, con cerca de 200 actos, que el espíritu libertario y contracultural que una vez caracterizó el East Village, aún sigue vivo.

Su impulsor, Phil Hartman, propietario de la cadena de pizzerías alternativas Two Boots, que también funciona como videoclub y sala de cine independiente, consigue arrastrar cada verano a todo el colectivo de artistas que aún pueblan el barrio en una celebración de carácter entre nostálgico y progre en la que poetas, músicos, pintores o actores anónimos y veteranos del East Village se mezclan con famosos como Lou Reed, Laurie Anderson o Debbie Harry (Blondie), cuyas carreras se forjaron precisamente en ese barrio.

La mayoría de los eventos son gratuitos, como Wigstock, el clásico concurso de drag-queens, y el Charlie Parker Jazz Festival, dedicado al saxofonista homónimo, y se extienden por toda la geografía de locales, parques, galerías, teatros y espacios independientes del barrio.

El poema de Ginsberg es recordado cada año en el Bowery Poetry Club, pero durante esta edición, y con motivo del 50º aniversario de su primera lectura, Aullido no sólo tendrá su gran momento en ese local, sino que el próximo viernes en el Tomp-kins Square Park se le rendirá un extenso homenaje. Raperos, poetas, representantes de al menos 40 lenguas diferentes y hasta un grupo coral leerán e interpretarán fragmentos de este clásico de la literatura contemporánea que también servirá para cerrar el festival el domingo en el Joe's Pub con la presencia de Lou Reed y otros artistas célebres de los que aún no se ha querido desvelar el nombre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_