Bruselas establecerá con urgencia una 'lista negra' de compañías aéreas poco seguras

El quinto siniestro aéreo en este letal mes de agosto, con la pérdida de más de 330 vidas en total, ha dado nuevo vigor a los planes de la Comisión Europea de establecer una lista negra de compañías aéreas poco seguras que sea de público conocimiento. La idea es parte de un proyecto que busca reforzar los derechos del consumidor y que también obligará a las agencias de viaje a identificar ante el viajero la compañía con que va a volar. Bruselas quiere que la lista esté disponible antes del año que viene.

La Comisión tiene en un avanzado estado de elaboración el plan que a primeros de año sometió a consulta de los Estados para elaborar una lista negra de aerolíneas. El proyecto podría ser aprobado por el Consejo de Ministros de Transporte en octubre y ratificado luego por el Parlamento Europeo, según Jacques Barrot, vicepresidente francés de la Comisión encargado de Transporte, con vista a entrar en vigor a finales de año o a principios de 2006.

El Ejecutivo comunitario piensa que este agosto negro dará urgencia a la actuación. "Con todos estos accidentes es de esperar que la cosa avance", concede un portavoz. No es un comentario baladí: sólo ocho de los 25 Estados de la Unión habían cumplido en julio con la obligación de notificar a Bruselas la puesta en marcha de nuevas normas de seguridad.

Francia está viviendo esta serie de catástrofes con una emoción particular. Fue el accidente en el mar Rojo del avión de Flash Airlines, que transportaba en enero de 2004 a París a turistas franceses que habían pasado la Navidad en la localidad de Sharm el Sheij, la génesis de la propuesta de la Comisión de potenciar las medidas de control de calidad en los vuelos, coronada con la creación de una lista negra de dominio público. Flash había sido vetada en Suiza, pero la información no había trascendido.

La idea de Barrot pasa por dar más poderes a la Agencia Europea para la Seguridad Aérea (AESA), creada hace tres años con la misión de establecer un nivel uniforme de seguridad en la aviación civil. AESA extenderá ahora sus competencias a las operaciones aéreas, a la cualificación del personal de a bordo y a la seguridad de las compañías de países terceros.

A los ciudadanos les llegará más su papel como administrador de la lista negra, nacida de la obligación de los Estados de compartir entre sí y con la Comisión Europea las decisiones tomadas sobre prohibiciones o restricciones de vuelos aplicadas a compañías aéreas por motivos de seguridad. Hasta ahora, los Estados, que tienen la obligación de velar por la seguridad de los vuelos que entran en su espacio aéreo, se pasan la información de modo confidencial y no la comparten con Bruselas. Además, no todos los Estados aplican las mismas restricciones. En mayo, Holanda, Alemania y Francia prohibieron el sobrevuelo en su territorio de aviones de la compañía turca Onur Air, sin que ello tuviera efecto sobre los países vecinos.

Según los planes de la Comisión, a la lista negra podrán acceder en tiempo real por Internet todos los ciudadanos, que también tendrán derecho a ser informados con antelación de la identidad de la compañía aérea con que van a volar, algo que ahora no siempre ocurre, en particular con los turistas que contratan paquetes.

"Tan pronto como el Parlamento Europeo haya ratificado el acuerdo, la Agencia Europea para la Seguridad Aérea podrá organizar el sistema de compartir la información", dice Barrot, quien pone como antecedente la lista negra que existe en EE UU. También tienen listas negras Italia, que incluye en ella no sólo a compañías por motivos de seguridad, sino a sociedades morosas, y el Reino Unido, que identifica países (Sierra Leona, Liberia y Guinea Ecuatorial, entre otros) y compañías no fiables, como Air Mauritanie o la tailandesa Phuket Airlines.

Dominique Perben, ministro francés de Transporte, insinuaba la pasada semana que la misión de establecer una lista negra no estaba resultando fácil, al señalar que era obvio que no saldría adelante sin el apoyo de Los Veinticinco. Francia está coordinando su presión con el Reino Unido, Alemania e Italia.