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250 coches en venta acaparan las plazas de aparcamiento de la avenida de Oporto

Los vecinos exigen la aplicación inmediata de la ordenanza que prohíbe este negocio

Los vecinos de la avenida de Oporto (Carabanchel) están hartos. Aparcar es casi una odisea para ellos porque toda la calle está tomada por unos 250 vehículos estacionados con un cartel colgado que dice: "Se vende". Los coches, todo tipo de modelos de segunda mano, tienen precios muy asequibles -desde 1.500 euros-, pertenecen a unas pocas personas que los venden principalmente a inmigrantes. La buena noticia para los residentes es que en septiembre entrará en vigor la ordenanza municipal que prohibirá esta práctica, permitida ahora por existir un vacío legal.

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"La avenida de Oporto es el mayor concesionario de automóviles de Madrid", exclama un vecino que prefiere no dar su nombre. Como él, los habitantes que viven alrededor de esta calle están hartos. No sólo ellos. También la mayoría de las personas que trabajan en la zona y los empleados -y dueños- de los concesionarios legales de coches.

Todos han visto cómo en los últimos cinco años cada vez hay más vehículos en venta estacionados en la calle y, en la misma proporción, menos sitios para aparcar. Según una estimación de Juan Antonio Sánchez Torres, presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), en Madrid hay un millar de vehículos en esta situación que, además de la avenida de Oporto, se pueden encontrar en la calle de Alcalá (en el cruce con Arturo Soria), o frente al metro de Canillejas.

"No hay manera. Cuando consigues un sitio, luego no quieres sacar el coche, porque para aparcarlo otra vez hay que dar 40 minutos de vueltas", comenta Antonio Ortiz, un vecino que lleva 18 años viviendo en el barrio y ha visto llegar, establecerse y crecer este mercado negro de coches en el distrito.

La situación se ha desbordado. Los vecinos ya se han echado a la calle para protestar. Desesperados, han llegado a pinchar las ruedas de los coches o a romper algún espejo retrovisor.

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Un paseo por la zona confirma el motivo de enfado de los residentes. Sólo en la avenida de Oporto, entre las calles de Portalegre y del Doctor Espina (cuatro manzanas, unos 500 metros) había el pasado lunes 98 coches aparcados con el cartelito de "se vende". Hay vehículos de todos los modelos, colores y motores. De gama baja, media y furgonetas: un Peugeot 106 por 2.700 euros, un Mercedes, un Seat Toledo seminuevo o un Opel Omega de 1993 por 1.800 euros.

Los vecinos afirman que éste no es un asunto de particulares que venden sus coches a otros particulares. Los carteles colgados en los automóviles lo confirman. La misma tipografía, el mismo diseño, el mismo cartel en definitiva -pero con diferente número de teléfono y características del coche en venta- que se repite vehículo tras vehículo.

Los hay que tienen un mismo modelo hecho por ordenador, que se rellena a bolígrafo con la información de cada coche. Si se llama, el vendedor acaba reconociendo que "puede conseguir" más modelos. Los vecinos conocen la mecánica de los vendedores: "Siempre están ahí, sentados en la heladería [de San Vicente de Paúl] con los móviles encima de la mesa. En cuanto suena, uno lo coge y se va", explica Ortiz. Los vendedores ofrecen precios bajos, pero no garantías. Es cada persona -en su mayoría inmigrantes con bajo poder adquisitivo- quien tiene que juzgar cómo está el vehículo.

El problema que tienen los vecinos es que de momento ninguna ordenanza prohibe estas prácticas, lo que deja un vacío legal. Con mover el coche cada seis días basta, recuerda la Ganvam. Muchos ayuntamientos tienen regulada la venta ambulante, pero como los coches no están catalogados en este grupo, no les afecta.

La buena noticia es que a partir de septiembre entrará en vigor la nueva ordenanza del Ayuntamiento -ya aprobada- que prohibirá este tipo de prácticas.

El lunes, Francisco del Campo estuvo mirando un Opel Astra. Le pedían 1.700 euros por él. "Está un poco regular", cuenta. Pero admite que el factor precio será, seguramente, determinante. Preguntado sobre qué le parecen las reclamaciones vecinales, responde: "Pues no lo había pensado. La verdad es que tienen razón. Esto está tomado".

Algunos de los coches que están en venta en la avenida de Oporto.
Algunos de los coches que están en venta en la avenida de Oporto.RICARDO GUTIÉRREZ

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