La insurgencia intensifica sus ataques con coches bomba
Un coche bomba conducido por un suicida mató ayer en Baquba, al norte de Bagdad, a seis personas, entre ellas un soldado y un contratista estadounidenses. El ataque causó también heridas a nueve soldados estadounidenses, y cuatro policías y seis civiles iraquíes.
La insurgencia ha incrementado sus ataques en un momento en que los dirigentes políticos siguen negociando el texto de la Constitución, cuyo plazo para llegar a un consenso fue prolongado el lunes por el Parlamento hasta mañana, debido a la oposición de la minoría suní a aceptar lo acordado por chiíes y kurdos.
El ataque en Baquba se produjo después de que otros tres coches bombas estallaran sucesivamente cerca de tropas estadounidenses en Ramadi, ciudad situada al oeste de Bagdad. El primer coche bomba explotó al paso de un convoy, causando heridas a tres civiles.
Minutos más tarde, un camión cargado de explosivos fue lanzado contra un edificio frecuentado por tropas de Estados Unidos, parte del cual se derrumbó. Cuando soldados estadounidenses acudían para ayudar a las posibles víctimas, el tercer coche bomba saltó por los aires en un aparcamiento cercano a una mezquita. No se informó de víctimas mortales.
Ramadi está a unos 100 kilómetros de distancia de Bagdad, y durante los dos últimos años ha sido un centro de actividad militar. Partes de la ciudad al parecer están en manos de la guerrilla insurgente.
Un total de 1.868 soldados del Ejército de Estados Unidos han muerto desde la invasión de Irak para derrocar a Sadam Husein en marzo de 2003, según los datos actualizados facilitados ayer por el Pentágono. No hay cifras oficiales del número de policías, soldados y civiles iraquíes muertos.
