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Reportaje:TENDENCIAS DEL CÓMIC

Estados Unidos: la consolidación del autor

EL CÓMIC norteamericano se encuentra en un momento apasionante. Al mismo tiempo que hay una crisis de lectores adolescentes, los creadores de novelas gráficas para adultos surgen como portavoces artísticos y culturales del medio. A partir de la década de los sesenta el surgimiento del cómix underground (con Robert Crumb a la cabeza) significó la mayoría de edad de un medio que se alimentaba sobre todo de superhéroes y de la tradición clásica de las tiras de prensa. Poco a poco esas tendencias han sido absorbidas por otros movimientos que revitalizan y cuestionan el género.

Es ya en la década de los ochenta cuando dos hermanos marcaron una nueva vertiente estilística que se denominó "cómic alternativo" y conectaron con una audiencia adulta, y también femenina -tradicionalmente alejada del medio-, que quería leer cómics de calidad. Jaime y Gilbert Hernández, afincados en California, iniciaron un cómic seriado -que aún se continúa editando- titulado Love and Rockets. Este cómic está construido en torno a historias ficticias de gran intensidad literaria donde los personajes clave son mujeres latinoamericanas o latinas estadounidenses. También en los ochenta Art Spiegelman, formado en el underground, edita en Nueva York junto a su esposa Françoise Mouly una revista innovadora y vanguardista titulada Raw que da a conocer a numerosos artistas jóvenes norteamericanos y europeos que influirán en las tendencias más actuales. En Raw también apareció en forma seriada su proyecto personal Maus, una novela gráfica testimonial que impulsa el género y narra las penurias de su padre en Auschwitz. Art Spiegelman descubrirá al refinado Chris Ware, ahora uno de los artistas más reconocidos en el ámbito del cómic de autor. En los ochenta también aparece la revista Weirdo publicada por Last Gap en San Francisco y editada por Robert Crumb. De ella se hará cargo Peter Bagge, autor clave en la década de los noventa por su cómic Odio, que interpreta el costumbrismo familiar americano y da voz a los jóvenes de la llamada generación X. Curiosamente autores tan distintos como Chris Ware, los hermanos Hernández o Peter Bagge van a coincidir en la editorial Fantagraphics que representa a partir de los ochenta y sobre todo en los noventa el espacio alternativo para esas nuevas voces que se han consolidado en la actualidad. A estos autores se suman también Joe Sacco, que trabaja sobre la realidad Palestina y la guerra en los Balcanes; Charles Burns, quien destaca por su cómic Agujero Negro, con historias de terror adolescente, o Daniel Clowes y su serie Bola Ocho, quizás el más conocido entre los no lectores de cómic por la adaptación al cine de su novela gráfica Ghost World. Aunque Chris Ware todavía publica con Fantagraphics la serie Acme Novelty Library, cuando su trabajo experimental se convierte en novela gráfica convencional, como es el caso de su libro Jimmy Corrigan, será absorbido por una editorial literaria como Pantheon, que trata de sacar jugo del éxito de la novela gráfica.

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Otro rasgo del cómic actual es la presencia de creadoras. Encontramos voces femeninas que a través de su expresión artística ofrecen nuevas formas de acercarse a lo autobiográfico donde denuncian la violencia doméstica o el abuso infantil. Éste sería el caso de Debbie Drechsler o Phoebe Gloeckner. Por otra parte están las más jóvenes Jessica Abel y Megan Kelson que continúan la línea de la ficción alternativa y coinciden en generación con autores como Craig Thompson, Ivan Brunetti, James Kochalka o Dave Cooper.

El cómic de autor norteamericano no se entendería sin la influencia de la editorial canadiense Drawn and Quarterly, en la década de los noventa, tanto con artistas canadienses -Seth, Julie Doucet o Chester Brown-, como de EE UU -Adrian Tomine, Jason Lutes o Joe Matt-. Ellos conviven con las grandes editoriales de superhéroes, como Marvel o DC, que ahora venden sus derechos cinematográficos para mantenerse a flote.

Ana Merino, poeta y autora del ensayo El cómic hispánico (Cátedra), imparte clases en el Dartmouth College, New Hampshire (EE UU).

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