Tres bombas matan a cinco 'marines' al norte de Bagdad
Las bombas que la insurgencia iraquí instala en los bordes de la carretera con la intención de acabar con la vida de militares estadounidenses a su paso, son las responsables de un tercio de las bajas de EE UU en Irak. Ayer, en una nueva jornada de violencia, este tipo de artefactos acabó con la vida de cinco marines.
Tres soldados de EE UU murieron y otro resultó herido ayer, al estallar un artefacto al paso de su convoy cerca de Tuz (unos 180 kilómetros al norte de Bagdad), según informaron fuentes militares. Al oeste del país, en la carretera que conduce a Jordania, otro soldado de EE UU murió y tres sufrieron heridas cuando su patrulla topó con una bomba instalada en un lateral de la vía. En un incidente similar, un quinto soldado estadounidense murió en Bagdad.
También en la capital, una partida de pistoleros asesinó en la mañana de ayer al director general del Banco Central de Irak, Hasib Kadam Yueidi, cuando salía de su domicilio en el barrio de Al Mustansariya para dirigirse a su trabajo, informaron fuentes policiales. Familiares de Yueidi aseguraron, sin embargo, que el director del Banco Central había sido secuestrado al salir de su casa, pero no informaron de su muerte. Asimismo, hombres armados mataron en Bagdad a un voluntario del cuerpo de vigilancia aduanera e hirieron a otros tres durante un tiroteo.
Por otra parte, ayer fueron hallados los cuerpos de 30 personas -dos de ellos de mujeres- en una fosa común al sur de Bagdad, según fuentes policiales. Los cuerpos, algunos de ellos mutilados, habrían estado enterrados durante cerca de seis meses, según estimó Mouthanna al Chommari, responsable de la policía de Hilla.
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