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Reportaje:PLAN DE BARRIOS | Barriada Nova, de Canovelles

Nueva vida en la frontera de Canovelles

La Barriada Nova centra sus esfuerzos en rehabilitar los edificios, recuperar el comercio y facilitar la convivencia

Canovelles (Vallès Oriental) es un pueblo de contrastes. Saber dónde empieza y acaba es harto complicado. Se funde con el vecino Granollers hasta el punto de que se puede tener la casa en un municipio y el patio en el otro. Paseando, uno puede darse de bruces con un rebaño de ovejas, rodear un imponente polígono industrial o perderse entre torres de alto standing, e incluso llamar a una puerta y que la abra un mayordomo de blancos e impolutos guantes.

La Barriada Nova se encuentra en los antípodas. Casas de paredes desconchadas, ventanales desvencijados, o algo tan desolador como una fábrica abandonada y tapiada al lado de locales cerrados en la principal arteria comercial de la ciudad. Edificios de una o dos plantas construidos por los propios inmigrantes que llegaron a Canovelles en las décadas de 1960 y 1970. Los que pudieron, se fueron a vivir a otras zonas, y realquilaron o vendieron las viviendas a los que llegaron después buscando una vida mejor.

El 56% de la población del barrio es dependiente y requiere ayudas para salir adelante

El barrio tiene otra peculiaridad, su vida comercial depende casi exclusivamente del mercado semanal de los domingos. Ese día el pueblo se transforma en un inmenso mercado ambulante de más de 600 puestos que insuflan de vida las arterias de la ciudad. De lunes a sábado, sin embargo, las calles regresan al letargo y son muchas las tiendas que cuelgan el cartel de cerrado.

El Proyecto de Intervención Integral tenía que repartirse entre la Barriada Nova de Canovelles y El Congost de Granollers. Ambos barrios se fusionan en el entorno del río. Sin embargo, al final la Generalitat sólo va a subvencionar el de Canovelles, con 1,5 millones de euros, el otro 1,5 deberá aportarlo el consistorio. El alcalde de Canovelles, el socialista José Orive, asegura que la inyección de dinero es necesaria para rehabilitar un barrio degradado "de casas muy viejas, la mayoría autoconstruidas, en las que vive mucha gente realquilada y en condiciones poco dignas".

Otra preocupación del consistorio es la concentración de inmigrantes: el censo municipal registra en la zona un porcentaje del 23,2%. Lo prioritario "es crear diálogo, que se conozcan los unos a los otros", pero "el trabajo social tiene que ir acompañado de la urbanización de las calles y de la activación comercial de la calle de la Riera, la principal arteria comercial de la ciudad", matiza Orive.

Esponjar una apretujada trama urbana va a ser uno de los primeros pasos. Rehabilitar fachadas e interiores y suprimir barreras arquitectónicas, insuflar nueva vida a los comercios con la ampliación de aceras, nuevo mobiliario urbano y alumbrado, y más árboles son otras posibilidades que apunta el proyecto.

El Plan de Intervención Integral estaba presupuestado en 4 millones de euros. El recorte -la Generalitat sólo va a dar 1,5 millones de euros- deja fuera un aparcamiento soterrado. Pero el Ayuntamiento intentará conseguir dinero con otras subvenciones o con financiación privada para construir un nuevo equipamiento de 1,4 millones de euros que deberá solucionar la ocupación de calles y plazas por los vehículos.

Las cifras son elocuentes respecto a la necesidad de inversión en el campo social. El 56% de la población del barrio es dependiente y, por tanto, requiere ayuda para salir adelante. Se necesitan "más servicios de atención domiciliaria", señala la técnica social del Ayuntamiento de Canovelles Montse Domínguez. No sólo eso, parte de la inversión también se destinará a suprimir barreras arquitectónicas, dentro y fuera de las casas, e instalar ascensores.

La convivencia dentro de las casas también es difícil. No es de extrañar cuando hay que compartir poco más de 60 metros cuadrados entre 8 o 10 personas. En los últimos años han aumentado los casos de violencia doméstica y, para muchos jóvenes, estudiar en casa es una tarea casi imposible, algunos ni siquiera acuden a clase. Facilitar salas de estudio y ayudas para que los niños puedan hacer los deberes son algunas medidas para paliar el alto fracaso escolar.

Domínguez desgrana parte del programa: fomento de la lectura, un punto de asesoramiento para la mujer, un plan de convivencia destinado a la integración de los recién llegados, garantizar el acceso a la información.

Otro reto que se ha propuesto el Ayuntamiento es que la gente del barrio se implique en las decisiones y se identifique con el lugar en el que vive. Fomentar la cultura democrática, como la creación de consejos infantiles que decidan cómo quieren que sean los parques, es otra posibilidad del Plan de Rehabilitación Integral. Todo sin olvidar exposiciones fotográficas, entrevistas, recetas de cocina y biografías que ayuden a que la gente haga suyo el barrio.

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