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Reportaje:EL ENTORNO METROPOLITANO DE BARCELONA / 4

Deporte y negocios, la fachada de Cornellà

La ciudad se plantea crecer compaginando lo que le queda de sector industrial con los servicios y el deporte

Cornellà fue una ciudad especialmente combativa en las postrimerías del franquismo. De sus fábricas salieron los obreros que protagonizaron algunas de las huelgas más sonadas y duras, como la de Laforsa, en la que el despido político y represor de un grupo de trabajadores provocó el paro total de la empresa hasta que se logró su readmisión. O todos, o ninguno era el título de un documental clandestino que fue la consigna de una huelga indefinida que se extendió por la comarca del Baix Llobregat, cuyo centro natural es Cornellà.

Aquellos tiempos hace mucho que pasaron. También hace mucho que aquellas empresas desaparecieron arrastradas por la corriente imparable de la eficiencia económica. Aun así, pese a la pérdida de peso de las fábricas, Cornellà es de las ciudades que conservan todavía una trama industrial potente, con la multinacional alemana Siemens, que emplea a 400 personas, a la cabeza.

Pero como el resto de las ciudades de sus proximidades, en las que nadie demanda metros cuadrados para empresas de producción, Cornellà pone su empeño y afán en atraer inversiones del sector terciario para asegurar la continuidad de la trama económica. La ciudad del futuro tiene que mantener la actividad económica adaptada a los nuevos tiempos, parece ser la consigna. Y esta adaptación pasa ineludiblemente por el sector terciario, precisa su alcalde, el socialista Antonio Balmón, sustituto de José Montilla.

Para ello, Cornellà cuenta con instrumentos potentes, como el World Trade Center, un moderno parque de negocios con un tercio de sus edificios ya en funcionamiento y los otros en construcción ubicado frente a la Fira de Cornellà, recinto ferial de dimensiones pequeñas, pero especialmente apto para acoger exposiciones medianas que no pueden ir a la Fira de Barcelona, que no dispone de salones pequeños y en la que todo tiene que ser grande.

La Fira y el auditorio, situados uno junto al otro, componen una oferta que los ciudadanos de Cornellà creen imbatible. "Ninguna otra ciudad del área metropolitana tiene unos servicios como éstos", señalan en el consistorio.

La ciudad ha aseado su centro en los últimos años. Una magnífica estación intermodal conecta la línea 5 del metro, el funcional Trambaix y Renfe. Un barrio como el de Sant Idelfons, paradigma de la construcción suburbial desarrollista, en el que viven 25.000 personas, casi un tercio de los habitantes de Cornellà, ha dejado atrás las carencias que acumulaba y sus habitantes tienen los servicios que precisan al lado de casa.

La ciudad, que se precia de que cada barrio tiene sus pequeños pabellones deportivos, acogerá dentro de dos años al Real Club de Fútbol Espanyol de Barcelona, que construye su estadio en la fachada que da al cinturón de ronda y al Llobregat.

A partir de ese momento, el nombre de Cornellà estará indisolublemente unido en todos los medios de comunicación al de un club significado de una de las ligas de fútbol más importantes de Europa.

Y es que próximos al campo del Espanyol se levantarán el estadio municipal y el Parque Deportivo del Llobregat, una instalación obra del arquitecto portugués Alvaro Siza que incluirá un pabellón para 4.000 personas, piscinas cubiertas y descubiertas, y salas de fitness. Junto a estos equipamientos, la Federación Catalana de Tenis inaugurará a principios del año que viene la ampliación y modernización de sus instalaciones.

Esta apuesta por el deporte quiere ser un referente de uso metropolitano en lo que, asegura Antonio Balmón, puede ser la fachada deportiva más potente de Cataluña.

Tres hoteles y un Corte Inglés

Cornellà tiene un Corte Inglés y esta empresa en Cataluña sólo está instalada, además, en Barcelona y en Sabadell. Los ciudadanos de Cornellà remiten a los grandes almacenes para poner de relieve la importancia de su ciudad, que ha merecido que una empresa como ésta la haya elegido para abrir una de sus tiendas.

Desde hace poco, la ciudad tiene tres hoteles, otro de los elementos que los habitantes de Cornellà utilizan para presumir y explicar la independencia de su ciudad. Sus visitantes no precisan trasladarse a Barcelona como venían haciendo hasta hace poco porque carecían de este tipo de instalaciones.

Los hoteles dan servicio a las empresas ubicadas en el World Trade Center, pero también son utilizados los fines de semana por parejas de la ciudad y alrededores que han venido a dar una rentabilidad inesperada a unas instalaciones pensadas para el uso del sector negocios.

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