"Las buenas relaciones con Francia y EE UU no son conceptos contrapuestos"
Como presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) y jefe de Gobierno del Estado federado de Baviera, Edmund Stoiber, de 63 años, es la segunda persona más poderosa dentro de la unión de partidos CDU / CSU, que según las encuestas ganará las próximas elecciones en Alemania.
Pregunta. ¿Ha decidido ya si abandonará Múnich para formar parte del Gobierno federal en Berlín si Angela Merkel se convierte en canciller?
Respuesta. Me preparo para las dos posibilidades, Berlín o Múnich. Pero es una decisión que tomaré cuando las elecciones estén ganadas.
P. Ustedes dicen que será necesario un esfuerzo para salir de la situación de paro y bajo crecimiento en Alemania. ¿En qué lo van a notar los ciudadanos?
"La Europa de los Veinticinco no se puede impulsar sólo con el motor franco-alemán, como cuando éramos menos miembros"
"Los alemanes tenemos que mirar por qué otros países han reducido su desempleo del 10% al 5% o por debajo, como Gran Bretaña"
R. Si queremos lograrlo tenemos que ahorrar entre 5.000 y 7.000 millones de euros anuales en el presupuesto, pero eso sólo podremos decidirlo en detalle una vez que estemos en el Gobierno y veamos las cuentas. Invertimos demasiado poco en I+D y la proporción del presupuesto que gastamos en transferencias sociales asciende a casi la mitad del total. Pero el bienestar tiene como condición que logremos una posición de ventaja en terrenos como la tecnología y la investigación para poder vender productos de alta calidad.
P. ¿Hay peligro de que la coalición de socialdemócratas y verdes y la alianza de PDS y WASG se aprovechen del miedo de los ciudadanos a las reformas?
R. Sin duda, pero yo trato de explicar siempre que nos encontramos en una competición, como en los deportes. En Europa somos veinticinco economías con veinticinco sistemas fiscales y veinticinco sistemas de seguridad diferentes. Tenemos que comparar en la clasificación en qué aspectos vamos a la cabeza y en cuáles a la cola. Aunque tengamos que recortar determinados gastos, ése no es el mal mayor. Lo peor es el desempleo y la deuda pública que dejaremos a las generaciones venideras. Hay que mirar por qué otros países han reducido su desempleo del 10% al 5% o por debajo, como Gran Bretaña. Ellos lo han conseguido. ¿Por qué nosotros no?
P. ¿Tienen que acostumbrarse los alemanes a la idea de que en tiempos de la globalización ganan demasiado dinero?
R. No, sólo tenemos que ser mejores en la misma medida en que somos más caros. Fabricamos buenos coches, pero necesitamos ámbitos nuevos, más productos de primera y por tanto más investigación e innovación. Sólo así nos podremos permitir un nivel de asistencia social y de pensiones más alto que los de otros países. En este momento gastamos más de lo que producimos. En esto Schröder ha fracasado.
P. ¿Cuándo espera que den resultado las recetas que propone la UE de subir el IVA para bajar los costes laborales, y así reducir el paro?
R. Podemos decir lo que tenemos que cambiar, pero no prometer unos efectos en una fecha determinada. Miremos a nuestros vecinos: los británicos no tienen paro masivo y los austriacos tampoco. Todo lo contrario, los británicos lo han reducido a la mitad en diez años y tenemos que tomar ejemplo. Y cuando uno estudia los otros casos ve que Austria tiene un mercado laboral más flexible que el nuestro. Tenemos que ponernos manos a la obra: necesitamos un sistema fiscal más sencillo, unas leyes laborales más flexibles y costes laborales más bajos.
P. Alemania ha cuidado en los últimos años sus relaciones con Francia y ha descuidado un poco a EE UU ¿Habrá cambio si ganan ustedes las elecciones?
R. Buenas relaciones con Francia y con EE UU no son conceptos contrapuestos. Europa y América tienen que ser siempre las dos caras de la misma moneda. En cuanto a la UE, la Europa de los Veinticinco no se puede impulsar con el motor franco-alemán, como se hacía cuando éramos menos miembros. Hoy necesitamos el impulso también de Gran Bretaña, Polonia, España e Italia. Los países grandes tenemos que cooperar más estrechamente y asumir el papel de motor, porque sólo con Francia y Alemania ya no es suficiente. Pero esto no debe llevar a marginar a los países más pequeños.
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