Cuba detiene a una veintena de opositores en una nueva ofensiva en contra de la disidencia
El régimen responde con 'actos de repudio' a la convocatoria de manifestaciones
Las autoridades cubanas detuvieron ayer a al menos 17 opositores en una jornada en la que la disidencia había convocado una concentración ante la Embajada de Francia para pedir la liberación de una decena de compañeros arrestados el pasado 13 de julio. Entre los detenidos están Marta Beatriz Roque, una economista de 59 años que dirige la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC) y los líderes de esta organización opositora René Gómez Manzano y Félix Bonne, según fuentes de la oposición al régimen de Fidel Castro.
Elizardo Sánchez, que encabeza una ilegal Comisión de Derechos Humanos en Cuba, confirmó a Efe que Roque, Bonne y Gómez Manzano, los principales dirigentes de la Asamblea, fueron detenidos en distintos puntos de la capital cubana.
Además, Sánchez apuntó que la Comisión ha tenido noticia del arresto de cerca de una veintena de opositores en una jornada conflictiva en la que se desarrollaron varios actos de "reafirmación patriótica" de grupos progubernamentales frente a viviendas de disidentes.
Jorge, hermano de Gómez Manzano, explicó a Reuters cómo fue el arresto de Bonne: "La policía de seguridad del Estado vino a casa a las 9.30 de la mañana, le dijeron que les tenía que acompañar y se lo llevaron".
El pasado mayo, la APSC, que pide la democratización de Cuba y que es sistemáticamente acusada por las autoridades de trabajar para EE UU, organizó una numerosa reunión opositora en La Habana y era la convocante de la manifestación de ayer.
Demandas de cambio
Simultáneamente, la capital cubana era escenario de varios "actos de repudio" contra miembros de la disidencia, en momentos en que la oposición trata de llevar a la calle sus demandas de cambio, como parte de una nueva estrategia que supone un reto al Gobierno de Fidel Castro. Los incidentes se produjeron frente a los domicilios de varios disidentes que pretendían acudir a la concentración frente a la legación francesa. Como suele ocurrir, no fue la policía la encargada de disuadir a los opositores, sino grupos de vecinos y fornidos viandantes, algunos armados con palos y barras, que las autoridades insisten en presentar como "revolucionarios airados que responden de forma espontánea a las provocaciones enemigas". La sangre no llegó al río, aunque la violencia verbal contra los disidentes (gritos de "gusanos", "vendepatrias", "mercenarios") derivó en amenazas y empujones a varios periodistas extranjeros.
"Esto es una manera de intimidar a quienes creemos en la democracia y defendemos los derechos humanos en Cuba", declaró a Reuters Leonardo Bruzón, otro opositor.
Sólo una docena de parientes de disidentes encarcelados acudieron a la concentración ante la embajada francesa convocada por la Asamblea para Promover la Sociedad Civil.
El acto protesta pretendía animar a París a mantener la presión sobre Cuba para que excarcele a los 61 disidentes encarcelados en 2003, un hecho que llevó a la Unión Europea a adoptar sanciones contra el régimen.
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