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El presidente alemán cede ante Schröder y disuelve el Parlamento

La decisión de convocar elecciones el 18 de septiembre depende ahora del Constitucional

El presidente federal alemán, Horst Köhler, anunció ayer su decisión de disolver el Bundestag (Parlamento) y convocar elecciones el 18 de septiembre. El presidente argumentó que, ante los problemas del país -paro, deuda pública y el desafío de la globalización-, "Alemania necesita un Ejecutivo que pueda seguir sus objetivos con constancia y firmeza. Para ello, el Gobierno depende del apoyo de una mayoría fiable y con capacidad de maniobra en el Bundestag".

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Un día antes de terminar el plazo de tres semanas del que disponía, Köhler dio ayer su brazo a torcer ante la voluntad del canciller Gerhard Schröder de adelantar un año las elecciones legislativas, a pesar de sus reservas sobre la constitucionalidad de la moción de confianza fingida. Schröder había basado su petición de disolución del Bundestag en la pérdida de apoyo parlamentario en la sesión del 1 de julio a pesar de que hasta un día antes la coalición de Gobierno había demostrado lo contrario en decenas de votaciones parlamentarias. Pero, tal y como se esperaba, Köhler cedió ante la voluntad de todos los partidos y del 73% de la población, que quiere que se adelanten las elecciones.

Con la campaña electoral en marcha, las listas electorales definidas y el Gobierno rojiverde virtualmente acabado, una negativa de Köhler hubiese provocado una crisis política, ya que Schröder se niega a dimitir. La elección de esta vía, un tanto forzada, tiene que ver con el hecho de que el Parlamento no puede disolverse solo.

Muchos políticos, incluido su presidente, el socialdemócrata Wolfgang Thierse, se han mostrado a favor de enmendar la Constitución en este sentido. La Ley Fundamental pretende evitar así una situación como la de la República de Weimar, cuando las continuas disoluciones del Reichstag impidieron que ninguna legislatura terminara de manera regular.

Dos diputados, el verde Werner Schulz y la socialdemócrata Jelena Hoffmann, han anunciado que recurrirán al Tribunal Constitucional (TC). Schulz considera que la moción de confianza de Schröder fue una "escenificación" y un "abuso de la Constitución". También algunos partidos pequeños sin representación parlamentaria han anunciado que interpondrán una demanda en el Constitucional porque les queda poco tiempo para reunir las firmas necesarias para poder presentarse a las elecciones.

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La Constitución dicta que los comicios deben celebrarse en un plazo máximo de 60 días, lo que deja como única fecha posible el 18 de septiembre, dado que hay que esperar a que todos los Estados federados regresen de las vacaciones. Pero en una sentencia emitida a comienzos de mes sobre la comisión de investigación del escándalo de los visados, el TC dejó claro, como de pasada, que las elecciones pueden celebrarse en la segunda quincena de septiembre "o más tarde".

Esto se ha interpretado como la voluntad del TC de no dejarse presionar y tomarse su tiempo para deliberar con calma. Los expertos en derecho constitucional discrepan sobre si el TC puede o no saltarse la Constitución en este punto. La última vez que el tribunal tuvo que decidir sobre una cuestión de confianza, en 1983, lo hizo en el plazo de un mes.

Nadie sabe cuál será la respuesta del tribunal, pero su sentencia esta semana sobre la euroorden volvió a poner de manifiesto su independencia y el hecho de que no siempre falla en favor de la política. Si el Constitucional desautorizara a Köhler, se cree que el presidente podría llegar al extremo de dimitir, aunque, a diferencia de su antecesor en el mismo lance en 1983, no ha declarado que tenga esa intención.

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