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Foenkinos relata las obsesiones de un coleccionista enamorado

Daniel Verdú

El Potencial erótico de mi mujer (Kailas, 2005), la tercera novela del francés David Foenkinos (París, 1974), explora el universo de obsesiones de un coleccionista compulsivo que termina por coleccionar fragmentos de la existencia de su propia esposa. "Me interesaba la idea de poder enamorarse de un momento o un gesto de una mujer, hasta el punto de querer que lo repita hasta la saciedad", asegura el autor en referencia a la obsesión del protagonista por ver a su esposa limpiar los cristales de las ventanas.

El autor francés comenta el interés que siente por "el mundo de la imaginación y el desarrollo de situaciones normales que se tornan de repente en absurdas". De ahí la exploración del componente irracional de lo sensual que emerge, ya en la primera página del libro, a través de una cita de Louis Aragon: "En vano me denuncia la razón la tiranía de la sensualidad". Foenkinos asegura escribir "para el el lector, en una relación de intercambio" y huyendo de la masturbación literaria". En esa relación, el vehículo del humor es en el que parece sentirse más cómodo.

Foenkinos pertenece a una joven generación de escritores franceses que a menudo padecen la comparación con Michel Houellebecq. Pero a pesar de la admiración que dice sentir hacia el autor de Las partículas elementales, asegura estar "sorprendido", puesto que ni siquiera en el retrato que ambos ejecutan de la sexualidad hay coincidencias: "Yo hablo de algo mucho más potencial, que está en la imaginación". La úníca coincidencia, en apariencia, es que ambos publicarán su siguiente novela en Francia el mes que viene. Foenkinos, además es dibujante de cómics y acaba de terminar un cortometraje.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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