"Euskadi es una de las regiones con más actividad exterior"

El profesor de Relaciones Internacionales, Alexander Ugalde (Bilbao, 1956) participó la semana pasada en el Curso de Derecho Internacional que este año ha cumplido su 25 aniversario. Cerca de cien alumnos procedentes de 24 países han participado en este encuentro en el que se atienden algunas de los asuntos más polémicos de la las actuales relaciones internacionalers, como la resolución jurídica de catástrofes como la del Prestige o el terrorismo islamista. Ugalde analizó el futuro de las regiones en un mundo global que, por contra, tiende a la atomización.

Pregunta. Muchas veces se insiste en las posibilidades que el Estado autonómico español da a sus comunidades. ¿Es así?

Respuesta. En el tema de acción exterior y presencia internacional, el caso más avanzado es Bélgica, con Valonia o Flandes. En general, la mayoría de gobiernos no centrales , sean de Estados centralizados o federales, realizan una cierta acción exterior. Escocia, Cataluña, el País Vasco o Renania-Westfalia son otros casos extremos.

"El mayor problema del País Vasco en el exterior es su tamaño. Un pequeño territorio, una población reducida y una capacidad económica muy pequeña"

P. ¿Cuál es el mayor problema para llevar a cabo una representación de este tipo?

R. En el caso del País Vasco, su tamaño. A pesar de su entidad cultural y política, es un pequeño territorio, tiene una población reducida y, aunque nos parezca lo contrario, una capacidad económica muy pequeña comparada con Cataluña o Renania del Norte-Westfalia, con 18 millones de habitantes y el 20% del PIB alemán. Y, a pesar de esos inconvenientes, Euskadi es, comparativamente, uno de los gobiernos no centrales que más actividad realiza.

P. ¿Cómo se enfrentan estas regiones con personalidad al panorama de una UE con 25 estados?

R. Con dificultad, porque las instituciones están muy desdibujadas. El Comité de las Regiones, por ejemplo, es una institución sólo consultiva, en la que participan lo mismo regiones que municipios. Por eso, se empieza a apreciar cierto malestar en algunas regiones, como los länder alemanes, que se ven con menos poder que Estados mucho más pequeños, como Letonia o Estonia.

P. ¿El futuro pasa por la alianza estratégica entre regiones, al margen del Estado al que pertenezcan?

R. Ya existe, de hecho. En Bruselas hay representaciones únicas, como la del País Vasco, pero también hay oficinas compartidas, como la que tienen cinco regiones del centro de Italia. Pero también hay oficinas que responden a ese trabajo común, como la que representa a la Aquitania francesa, a la Emilia Romania italiana, a un lander aleman y a otra región polaca. Y luego están las asociaciones regionales en función de intereses comunes, como la de regiones-capitales, en la que están la Comunidad de Madrid o Illê de France, la de París; o la de regiones insulares, en la que se encuentran Baleares, Córcega, Cerdeña y Sicilia.

P. ¿Este fenómeno no lleva a una atomización de la UE?

R. Lo primero que hay que señalar es que es una situación extensible al resto del mundo: todos los gobiernos no centrales buscan difundir sus intereses. Pero eso no quiere decir que vayan a desaparecer los Estados actuales. No hay ningún indicio que lo apunte. Es otra manera más de representación en un mundo global.