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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La cárcel de la inmigración

Muchos de los inmigrantes afrontan toda clase de penalidades y trastornos psicosomáticos que especialistas de Barcelona han denominado el síndrome de Ulises o estrés crónico depresivo acumulado por su situación irregular, la explotación laboral, los problemas de idioma, la la marginación social, la soledad y lejanía de los suyos, etc.

A menudo, tantas penalidades en pos de la soñada integración toman la forma de un muro de exclusión, y la cárcel se torna casi inevitable. Y una vez dentro de la prisión, lo normal es que su situación personal se vea agravada por los traslados carcelarios, la desinformación, las dificultades con el idioma, su precariedad emocional y el ambiente hostil y xenófobo del entorno carcelario.

Ante esta realidad, Pastoral Penitenciaria a través de Bidesari, ha puesto en marcha un proyecto específico de ayuda a los inmigrantes presos en la cárcel de Basauri.

Se trata de un proyecto integrador con el objetivo de acoger y acompañar al preso inmigrante en su proceso de integración personal, legal-penitenciario y migratorio.

En este curso que ha terminado, 28 son los reclusos que han participado en nuestro proyecto de Bidesari sobre una población de 90 extranjeros en el contexto de un intercambio cultural fructífero, a menudo olvidado.

A los que han tenido más fortuna y no están entre rejas, les hemos aceptado en lo que nadie quiere trabajar.

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Ni como personas ni como cristianos podemos dar la espalda a esta realidad inmigrante que nos viene por lo que viene. Es decir, en busca de una vida y de un futuro mejores, para el propio inmigrante y para su familia. Cuando menos, mirémosles con otros ojos, como el país que tanto tiene que agradecer la acogida a nuestros emigrantes en tiempos no tan lejanos, sin hacer nuestra la definición de racismo más clara que he oído nunca: el miedo al diferente.

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