Chirac: "Nosotros no debemos copiar el modelo británico"
El presidente de Francia no descarta un tercer mandato en su discurso del 14 de julio
Francia celebró ayer su fiesta nacional. El presidente Jacques Chirac se explicó ante sus compatriotas siguiendo la tradición. No ofreció remedios para los males que aquejan el país, pero sí una resistencia coriácea ante los golpes que ha recibido en los últimos meses. Francia, dijo, no tiene nada que "copiar del modelo británico"; no se siente "humillada" por el rechazo a la Constitución europea, y mantuvo abierta la puerta a optar a un tercer mandato en 2007.
Para el 216º aniversario de la toma de la Bastilla, que marca el inicio de la Revolución Francesa, las mejores unidades del Ejército francés desfilaron por la avenida más bella del mundo, los Campos Elíseos. Fue un día caluroso, pero radiante. Las calles de París bullían de agentes de las fuerzas de seguridad -más de 5.000- desplegados para prevenir posibles atentados. En la plaza de la Concordia, Chirac pasó revista a las tropas acompañado por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
La interpretación de La marsellesa por el tenor Roberto Alagna, acompañado por el coro del Ejército y la orquesta sinfónica de la Guardia Republicana, fue de gran vigor. Las gaitas de la banda de la Marina brasileña abrieron el desfile y lo cerró un escuadrón de cadetes de la Academia Militar de Brasil y los siete cazas Tucano de la patrulla Agulhas Negras. En el aire, hubo una representación de siete países de la Unión Europea. España aportó dos Mirage F-1 de la base aérea de Los Llanos. El espectáculo fue espléndido.
El desasosiego, sin embargo, era evidente, pero Chirac mantuvo intacta la totalidad de su línea de resistencia. A las pretensiones del primer ministro británico, Tony Blair, de que se revise la Política Agrícola Común (PAC) antes de discutir sobre el cheque británico por el que Londres recupera buena parte de su aportación al presupuesto comunitario, respondió: "No estoy dispuesto a hacer la más mínima concesión sobre la PAC en el marco de las negociaciones sobre el presupuesto europeo 2007-2013".
En este punto, aprovechó la ocasión para atacar al denostado liberalismo anglosajón. Aunque tenga menos desempleo, dijo Chirac, "el modelo británico no es un modelo que nosotros deberíamos copiar", porque el modelo social francés "no es ineficaz ni está caduco". Francia, añadió, está mejor situada que Reino Unido respecto a la sanidad, la lucha contra la pobreza e incluso las políticas de inversión, ya que dedica el 5,6% del PIB a educación y el 2,2% a investigación, y los británicos, sólo el 4,2% y el 1,8%, respectivamente. "No es casualidad", resumió, "que Francia tenga mayor natalidad y longevidad que Reino Unido".
La "plaga" del desempleo
Sobre la gran lacra del desempleo, que se mantiene sobre el 10%, tuvo palabras vagas. Criticó la semana laboral de 35 horas instaurada por el Gobierno socialista, pero admitió que el Ejecutivo no supo "reaccionar como convenía" y apuntó que era necesario "adoptar mano dura" contra el paro, una "plaga", dijo, "que no es inevitable". Por otro lado, pese al enorme déficit público, se mostró partidario de que continúe la rebaja del impuesto sobre la renta, que "ha alcanzado niveles excesivos".
"Hay que reflexionar sobre el no de los franceses a la Constitución europea", dijo, aunque rechazó que pueda interpretarse como el mensaje de "una Francia que ha bajado los brazos". Chirac no se siente "humillado" por el resultado del referéndum y tampoco lamenta haberlo convocado. A la pregunta de si volverá a presentarse como candidato a la presidencia en 2007, respondió: "Lo sabrán llegado el momento".
Una fiesta sin mucho que celebrar
La sociedad francesa mira hacia atrás y cree ver una arcadia ideal, un modelo perfecto que el liberalismo de los nuevos tiempos quiere devorar. Mira al presente y contempla que su modelo social y económico hace aguas. Mira al futuro y tiene miedo. Lo evidencia el rastro que dejó la campaña del referéndum sobre la Constitución europea, ganado finalmente por los partidarios del no.
Los problemas se han hecho evidentes. La debilidad de la economía, que este año no crecerá por encima del 2%, es el primero de ellos; el desempleo es una de sus consecuencias, aunque también tiene razones que nada tienen que ver con la economía, sino con la textura social. El mensaje que se llevan ahora los franceses es el que peor les puede sentar: la pérdida de peso específico de Francia en el juego de alianzas del siglo de la globalización. El mejor ejemplo: la derrota de la candidatura olímpica de París.
En estas circunstancias, Chirac aparece como un dirigente usado,con el agravante de que le quedan dos años en el poder; demasiado tiempo para perderlo en la inacción mientras todo se desarrolla a gran velocidad. El nuevo Gobierno bicéfalo de Dominique de Villepin y Nicolas Sarkozy hace constantes apaños para parecer que actúa, pero no se atreve con las reformas -algunas impopulares- que el país necesita con urgencia.
Sarkozy está en campaña electoral desde el primer día y hay que reconocerle la habilidad de ocupar los medios de comunicación. De momento, no tiene ningún oponente, aunque 22 meses de campaña son muchos meses.
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