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Gandia y Oliva llevarán su basura a Benidorm por "imperativo legal"

Incertidumbre sobre el destino de los residuos sólidos de La Safor

Los ayuntamientos de Gandia y Oliva decidieron anoche, "por imperativo legal", trasladar la basura recogida anoche a la planta de transferencia de Benidorm, la única alternativa ofrecida por la Consejería de Territorio, a pesar de que esta posibilidad había sido rechazada por los municipios. En un comunicado, el gobierno local de Gandia (PSPV y Bloc-EV) manifestaba que quería "evitar un problema de insalubridad pública".

La nota también matizaba que la medida era "absolutamente provisional" ya que siguen rechazando la propuesta de Territorio. "El traslado se realizará a pesar de que se pone en dificultades el servicio de recogida y los vehículos que trasladan la basura", señalaron. "Vamos a la aventura porque no sabemos si los camiones llegarán", advertía también el alcalde de Oliva, Salvador Fuster. Tras tomar la decisión, el Consistorio de Oliva se puso en contacto con la planta de Benidorm. Sus responsables aseguraron que no tenían ningún comunicado de Vaersa de que la basura de estas dos localidades tenía que ir a su planta. Fuster remitió el fax que el día anterior había recibido de la empresa de la Generalitat. "Esto es una burla", lamentaba. Hoy los dos municipios tomarán nuevas medidas.

Los ayuntamientos de Gandia y Oliva habían mantenido, hasta última hora de la tarde, la incertidumbre sobre el destino de la basura. La planta de transferencia de Dénia, que provisionalmente acogía los residuos de La Safor desde el mes de enero, había dado de plazo hasta ayer para seguir aceptando más residuos de estas poblaciones. Alegaban que las instalaciones no tenían capacidad para acoger más basura. Territorio ofreció entonces como alternativa Benidorm. Esta posibilidad era para los dos ayuntamientos "inviable", por el "sobrecoste económico" del transporte (a 70 kilómetros), y porque los vehículos que se encargan de la recogida "no estaban preparados" para largas distancias.

Los dos ayuntamientos abrieron ayer un gabinete de crisis. Oliva había iniciado gestiones con Girsa, dependiente de la Diputación de Valencia, para llevar la basura (unas 40 toneladas en cinco camiones) a la planta que esta firma gestiona en Palomar. El acuerdo estaba cerrado a las 19.00, pero una llamada del alcalde del municipio de la Vall d'Albaida, truncó sus planes. El alcalde de Oliva, el socialista Salvador Fuster, lamentaba que la Generalitat "no hubiera presentado ninguna solución viable" transcurridos seis meses del cierre de la planta de compostaje de Ador.

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