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Reportaje:APUNTES

Tecnología por unas clases accesibles

La Universitat de València debate sobre los avances tecnológicos en educación especial

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"Los alumnos con discapacidades necesitan de unas tecnologías específicas para acudir con normalidad a la universidad". Con estas palabras explicaba Francisco Alcantud Marín, coordinador de las II Jornadas sobre Tecnología de Ayuda a los Alumnos con Necesidades Educativas Especiales de la Universitat de València, el objetivo que perseguían parte de las conferencias de este curso de verano.

Más de trescientos profesionales relacionados con la educación especial de toda España se reunieron la pasada semana para conocer de primera mano los avances tecnológicos que desde hace varios años se están dando en un campo tan complicado y frágil como es el de la educación a personas discapacitadas.

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El coordinador de las jornadas y responsable de la Unidad de Investigación y Acceso de la Universitat de València puntualizó que los programas que se presentaban en el tercer ciclo de conferencias servían para una "adaptación correcta" de los alumnos con necesidades especiales en la universidad, o en diferentes ámbitos educativos, ya que, remarcó, "no todos tienen la posibilidad de alcanzar unos estudios universitarios".

Entre los programas que se presentaron relacionados con los estudios superiores se sitúan la mayoría de los incluidos en el Proyecto Fresa, que dirige el educador Jordi Lagares. Este plan incluye un total de 17 propósitos tecnológicos, entre los que destaca un sistema para alumnos con dificultades motrices con el que el afectado consigue una comunicación lógica, "ya que transforma sus golpes en la pantalla en palabras habladas", comenta el educador. Aún así, este programa, a pesar de contar ya con la versión 350, está lejos de ser accesible a todo el mundo porque una pantalla táctil como la que propone Lagares cuesta aproximadamente 3.000 euros. El propósito final, prosigue el educador, "es una pantalla en PDA", aparato con un precio que ronda los 300 euros.

Además de este programa el profesor Lagares también presentó otros avances tecnológicos. Esta vez relacionados con las deficiencias visuales. Es el caso de un lector de textos que permite pasar a voz un texto previamente seleccionado, o el braillespeak, que transcribe a braile o a tinta aquello que un invidente escribe en un miniordenador. Son sistemas comunmente utilizados entre los alumnos universitarios con una deficiencia visual severa.

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La adaptación de los alumnos con algún tipo de deficiencia a las universidades a través de la tecnología supone un gran paso. Y aunque la independencia absoluta para ciertos discapacitados puede parecer una utopía, en estas jornadas también se ha tratado de dar cabida a un hogar con suficientes adaptaciones para que una persona con problemas motrices sea capaz de llevar un día a día más cómodo. El problema: el precio; sale caro. Desde la Asociación de Parálisis Cerebral de Barcelona (Aspace) han ideado este piso piloto que pronto esperan "convertir en una realidad".

Para Francisco Alcantud frente a estos avances hay un inconveniente: "Las personas de cierta edad con algún tipo de discapacidad, al igual que aquellos que no la tenemos, son reacios en muchas ocasiones, a las tecnologías, es algo que tienen que superar".

Poca ayuda de la universidad

Carlos Grau estudia periodismo en la Universidad Cardenal Herrera-CEU, es invidente, y siempre acude a clase con su perro guía, Laika. Dice que en la universidad no tiene problemas: "Con mi braillespeak , que es una especie de ordenador pequeño que almacena datos, transcribo lo que el profesor comenta en clase y después lo paso al ordenador que imprime en braile". Hasta el momento sin problemas, café con los colegas, otra clase más y Laika siempre a su lado.

Llega a su casa y se conecta en el Messenger: "Ahí las tecnologías también me han facilitado las relaciones". "Aunque utilizo un teclado común, como el de todos, no tengo problemas, y cuando un colega me contesta por el Messenger el ordenador tiene un altavoz integrado que transforma las letras en sonidos". Con los mensajes SMS, lo mismo. "Cada vez que alguien me envia un emoticon el sistema lo lee como 'cara sonriendo con lengua", dice Carlos. Eso le hace gracia.

A Carlos las nuevas tecnologías le ayudan a tener una vida más fácil. A la mañana siguiente vuelta a empezar. Llega a clase con Laika, se toma un café con los colegas, esta vez mandan leer un libro. Él sube al departamento de Psicología de la Universidad, donde "se supone" que está integrada el área de atención a alumnos con discapacidad. "El problema está en que si me tienen que transcribir un libro a CD para dentro de una semana seguramente no lo tendrán", critica. "Si cada vez que voy tengo o tienen que explicar a los nuevos becarios cómo funciona el sistema no se avanza". Carlos resalta que esos departamentos tienen una labor importante: "Lo que ocurre es que no son lo suficientemente competentes en alguna ocasión" y eso dificulta el trabajo.

Al fin, Carlos se lamenta de "tener tanta tecnología y no un equipo humano" que esté a su alcance para ayudarle. "Resta valor a los avances tecnológicos".

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