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Los Mossos creen que un descuido causó el incendio del Bages

El fuego quedó controlado tras haber arrasado 1.400 hectáreas

El incendio que se declaró el viernes en Cardona se dio por controlado anoche tras haber quemado unas 1.400 hectáreas de los municipios de Cardona y Navàs, en el Bages, y Viver i Serrateix y Montmajor, en el Berguedà. Las causas del incendio aún no se conocen, pero la investigación que están llevando a cabo los Mossos d'Esquadra y los Agentes Rurales se centra en una posible negligencia en el área de descanso de la C-55 en Malagarriga.

A este posible descuido inicial se añadió un accidente: un helicóptero tocó una línea eléctrica y cortó el cable, lo que provocó dos focos más, según algunas fuentes, aunque la compañía Fecsa, responsable de la línea, señaló que no le constaba. El fuego adquirió grandes dimensiones al unirse estos tres focos, aunque el perímetro de afectación es algo inferior a las 1.580 hectáreas que se anunciaban el mismo viernes por la noche.

El incendio empezó a menguar cuando sobre el cielo ceniciento de Cardona aparecieron los primeros hidroaviones, ayer hacia las seis de la tarde. Hasta que anocheció, los siete hidroaviones que estuvieron actuando en la zona consiguieron poner límites al incendio, del que sólo quedó activo un frente, y durante la noche un ejército de bomberos y voluntarios trabajó para apagarlo. Hasta que la temperatura descendió y se incrementó la humedad, al anochecer, los bomberos no se pudieron acercar a las llamas para combatirlas directamente. En las primeras horas del siniestro tenían delante un muro de fuego de más de 50 metros que provocaba unas temperaturas altísimas.

Ya sin luz de día, los vehículos aéreos se retiraron y fueron sustituidos en tierra por unos 500 bomberos que ya pudieron desplegar las mangueras y proceder a la extinción. Una pequeña tormenta que descargó sobre la zona ayudó también a dejar el incendio estabilizado. Durante el día aún hubo algún que otro susto, debido a que más allá del perímetro del incendio se declararon nuevos focos, lo que suponía más riesgo de avivamiento, ya que estos pequeños brotes surgían en una zona de masa boscosa. El control de las llamas se consiguió gracias a los efectivos terrestres y a los helicópteros, que hacían continuos viajes para lanzar agua sobre la primera columna de humo que apareciera.

El incendio del viernes recordó mucho el del 1998, entre las comarcas del Bages y el Solsonès, que también tuvo su origen en Cardona. El alcalde de la localidad, Josep Maria Sala, explicaba ayer que "es difícil que se puedan extinguir incendios con una capacidad de combustión tan alta", en alusión a las 200 hectáreas por hora que consumió el fuego en su momento más crítico. Para Sala, el problema de origen es la gran cantidad de masa combustible que acumulan los bosques. La que se quemó el viernes, precisamente, "era una zona que siempre ha sido bosque". En muchos puntos del Bages, que a finales del siglo XIX era la comarca con más hectáreas dedicadas a la viña, los árboles ocupan antiguos bancales, lo que indica que se trata de áreas de bosque relativamente nuevo.

El primer consejero, Josep Bargalló, que ayer visitó Cardona, aseguró que el Ejecutivo catalán impulsará "un contrato social para gestionar el territorio" con todos los sectores implicados.Como consecuencia del incendio de Cardona, hasta ayer había que lamentar cuatro heridos; uno de ellos, Josep Maria A. E., sufrió quemaduras graves en el 30% del cuerpo y permane ce ingresado en el hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, ya que en la zona del Bages y el Berguedà no hay unidad de quemados. También padecieron lesiones de menor importancia un bombero y dos auxiliares.

El fuego devastó una gran masa de bosque, quemó un par de masías y afectó al sistema de abastecimiento de agua del municipio de Viver i Serrateix.

El fuego provocó unas temperaturas superiores a 660 grados a nivel del suelo y a 1.500 en el punto más alto de las llamas, que llegaron a tener una altura de 50 metros. Josep Arola, jefe de la Región Centro de los Bomberos de la Generalitat y uno de los máximos responsables en las labores de extinción de Cardona, explicaba ayer que el incendio "fue como una tempestad". "La gran masa combustible crea una columna convectiva, como una chimenea, que genera corrientes de aire alrededor del fuego", añadió. El viernes, la velocidad del viento a pocos kilómetros de Cardona, en el observatorio de Clariana de Cardener, era de 16 kilómetros por hora a las 16.00 horas. En cambio, alrededor de la zona incendio podía ser de unos 150 kilómetros, según explicó Arola.

Según este experto bombero, el incendio de ayer tenía mucha similitud con los que en los años 1994 y 1998 afectaron al Bages, el Berguedà y el Solsonès, los mayores que ha tenido nunca Cataluña, aunque cada vez el riesgo de combustión es más elevado porque los bosques, sin gestión alguna, acumulan cada año más material. El fuego de ayer quedó limitado a 1.400 hectáreas de bosque perdidas porque la acción de los hidroaviones (siete procedentes de diversas bases españolas y tres de Francia) pudo cerrar el perímetro de progresión del fuego antes de anochecer. Arola, que en 1981 ya deseaba disponer de un helicóptero, ha visto como, 25 años después, no basta con la acción de 29 vehículos aéreos entre helicópteros, avionetas y hidroaviones.

Los 800 litros de agua que descarga un helicóptero "le hacen cosquillas" a un incendio como el del viernes, porque el agua se evapora. Los hidroaviones descargan seis toneladas de agua y la acción continuada sobre una misma zona consigue reducir el frente. Esto es lo que se hizo el viernes: disponer de agua (el pantano de Sant Ponç, en el Solsonès, es el único de la Cataluña central que se encuentra al 70% de capacidad para que, en un caso de emergencia, los hidroaviones puedan cargar) y situar los grandes aviones Canadair CL 415 en línea para descargar de manera constante.

Para Arola, la clave de la actuación en los incendios está en los momentos iniciales o en conseguir llegar a primera hora de la noche con el perímetro del incendio controlado, lo que pasó el viernes. Luego, la actuación terrestre durante toda la noche hace que al día siguiente el incendio esté estabilizado y en fase de control.

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