CiU amaga con romper la mayoría necesaria para aprobar el nuevo Estatuto
Los nacionalistas opinan que el tripartito catalán ha cedido en el blindaje de competencias
Convergència i Unió, que tiene la llave para aprobar el nuevo Estatuto catalán, amagó ayer con descolgarse del consenso parlamentario si en el texto definitivo no se definen las competencias exclusivas de Cataluña como "excluyentes", contrariamente a lo acordado anteayer en la ponencia con los votos del tripartito. La amenaza sonó a los grupos que apoyan al Gobierno catalán como un pretexto para minar la reforma que hoy se vota en ponencia para pasar a la comisión. Ayer, víspera de la votación, todos los partidos, menos CiU y el PP, se congratularon por haber alumbrado un texto articulado.
Los nacionalistas de CiU alzaron su voz para denunciar que el tripartito se ha conjurado para rebajar el techo de autogobierno que fija el nuevo Estatuto y ha renunciado a "blindar" las competencias de la Generalitat. Si no se mantiene el texto inicial propuesto por el Instituto de Estudios Autonómicos, que aboga por definir estas competencias propias como "íntegras y excluyentes", CiU "no podrá votar este Estatuto", según anunció su líder Artur Mas. Una posición que le alinea -por distintas razones- con el grupo con quien comparte bancada en la oposición, el PP. Los populares reiteraron que su grupo dará "un no global" al considerar el texto inconstitucional -sin citar ejemplos- y "falto de consenso".
La posición del PP ya fue publicitada el pasado lunes. La de CiU, aunque novedosa, no sorprendió a los partidos que apoyan al Gobierno (Partit del Socialistes, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya). Los tres al unísono recordaron que CiU siempre ha tenido una actitud "catastrofista" y "desmovilizadora" y que ahora sólo busca una excusa para torpedear los trabajos. "Si no hubiera esgrimido esta excusa, habría encontrado otra", comentó el republicano Joan Ridao.
Sin embargo, pocos creen que los diputados de CiU acaben por cumplir su amenaza y queden descolgados del consenso estatutario. Principalmente porque a los nacionalistas les sería difícil explicar al electorado su posición boicoteadora y el tripartito siempre podría amenazar con convocar elecciones anticipadas: presentaría el Estatuto como programa electoral y cargaría contra CiU por su posición de bloqueo, explicó ayer un destacado miembro del Gabinete catalán. El consejero de Comercio, Josep Huguet, ya alertó que un fracaso de la reforma estatutaria "precipitaría" la legislatura catalana.
En realidad, "ya lo teníamos previsto, pues con esta amenaza CiU sólo trata de hacer creíble la presentación de sus votos particulares, aunque luego los rebaje; y también busca quedar reflejada como campeona del nacionalismo en la foto de la historia", comentó a este diario uno de los pesos pesados del Gobierno de la Generalitat. La batalla por quién se erige en valedor de los intereses de Cataluña ha sido una constante en todo este proceso entre ERC y CiU. Ayer culminó con una serie de descalificaciones de Mas contra los republicanos. Éstos a su vez tacharon de antipatrióticos y partidistas a los convergentes. Pero dentro de la ponencia, ambos partidos han mantenido una posición unitaria en muchas reivindicaciones. Hasta el punto de que Ridao alertó al PSC de que debería preocuparse por esta alianza.
Para el PSC, en cambio, este frente común de independentistas y CiU ha impedido pulir de inconstitucionalidades el articulado lo que, para el portavoz socialista, Miquel Iceta, podría llevarles "a hacer el ridículo" en las Cortes.
Mientras los socialistas catalanes intentaban limar las últimas inconstitucionalidades del texto, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, llamó al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, para negar cualquier voluntad intervencionista del Gobierno central en el tramo final de la reforma, explicaron fuentes de Presidencia.
En cualquier caso, queda tiempo para negociar. El mismo Artur Mas admitió que su formación estaría dispuesta a buscar un concepto similar al de "excluyente" y que en la práctica tuviera el mismo valor de blindaje de competencias. Similar predisposición mostró Miquel Iceta. El tripartito, no obstante, sostiene que el blindaje es un conjunto que puede concretarse especificando el carácter exclusivo de cada competencia.
Entre todo el barullo declarativo, el presidente de ERC, Josep Lluís Carod, admitió que la composición del Parlamento catalán no permite aprobar otro texto estatutario mucho "más ambicioso".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Política nacional
- Declaraciones prensa
- Transferencia competencias
- ERC
- Miquel Iceta Llorens
- VII Legislatura Cataluña
- Joan Ridao Martin
- CiU
- Reformas estatutarias
- PSC
- Descentralización administrativa
- PSOE
- Parlamentos autonómicos
- Partidos nacionalistas
- Estatutos Autonomía
- Generalitat Cataluña
- Cataluña
- Gobierno autonómico
- Estatutos
- Actividad legislativa
- Partidos políticos
- Comunidades autónomas
- Política autonómica
- Parlamento
- Normativa jurídica