Guerra advierte de que el nuevo Estatuto catalán es "una reforma encubierta de la Constitución"

El presidente de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, Alfonso Guerra, ha declarado hoy en San Lorenzo de El Escorial, durante los Cursos de Verano de la Universidad Complutense, que el nuevo Estatuto de Cataluña supone una "fragmentación de la soberanía española" y una "reforma encubierta de la Constitución".

En su opinión, la citada reforma, impulsada por los partidos que integran el tripartito que preside Pasqual Maragall, "tiene pocas posibilidades de prosperar", si se tiene en cuenta que "no hay Estado que resista esta división". En todo caso, Guerra ha reconocido que si finalmente el Congreso de los Diputados rechaza la propuesta que salga del Parlamento catalán, esta decisión puede tener un coste político "mayor que cero", al contrario de lo que ha pasado con el rechazo del plan Ibarretxe, puesto que podría provocar el enfrentamiento institucional con el tripartito. No obstante, ha recordado que el Congreso de los Diputados tiene "absoluta soberanía" para aprobar la ley que "crea pertinente", por lo que depende de él, y no de los parlamentos autonómicos, que las reformas estatutarias salgan o no adelante.

Por otro lado, Guerra ha reiterado sus "objeciones" a la hora de utilizar el concepto de nación, tal y como pretenden los partidos que componen el Ejecutivo catalán, puesto que en la redacción de la actual Constitución se llegó a un acuerdo para que las comunidades autónomas pudieran ser "nacionalidades" pero no naciones, término reservado a España, tal y como establece el artículo 2 de la Carta Magna. Así, ha considerado que aprobar ahora una denominación que no está en la Constitución supondría "una ruptura del pacto del 78", además de que "si pretenden calificarse ahora de nación, queda poca duda de que dentro de muy poco tiempo vayan a argumentar que si somos una nación necesitamos un Estado".

La posición de Guerra en este asunto difiere de la que mantiene la dirección socialista, que también discrepa de la actual redacción del Estatuto catalán pero principalmente por su modelo de financiación, que considera que no puede formar parte del Estatuto. La dirección del PSOE también rechaza que Cataluña asuma la gestión y recaudación de todos los impuestos, así como la incorporación de nuevas competencias a través del artículo 150.2 de la Constitución.

Abstención de CiU

La ponencia parlamentaria encargada de la redacción del nuevo Estatuto de autonomía de Cataluña ha aprobado hoy la proposición de ley de reforma estatutaria con los votos del tripartito pero con la abstención de CiU y el voto en contra del PP. Así, la reforma estatutaria queda aprobada en la ponencia, pero, de repetirse este reparto de votos en el pleno del Parlamento, sería insuficiente para aprobar el texto, ya que se requiere una mayoría de dos tercios y el voto convergente es necesario.

CiU finalmente se ha abstenido en la votación del primer borrador oficial del Estatuto por su desacuerdo con dos aspectos del texto que considera fundamentales y en los que el tripartito ha impuesto su criterio: la financiación y el "blindaje" de las competencias de la Generalitat.

El PP ha votado en contra al interpretar que el texto de 218 artículos -que ahora inicia un trámite de enmiendas, antes de ser aprobado por la comisión, el 29 de julio, y ser trasladado en septiembre al pleno del Parlament- contiene elementos inconstitucionales. Ayer, CiU ya amagó con descolgarse de lo acordado anteayer en la ponencia antes de la votación de hoy. Convergencia pretende que el texto definitivo defina las competencias exclusivas de Cataluña como "excluyentes", de forma que éstas queden "blindadas". Aseguran los convergentes que el tripartito encabezado por Pasqual Maragall se ha conjurado para rebajar el techo de autogobierno y ha renunciado a ese blindaje. La amenaza de ayer se ha convertido en abstención, por lo que el nuevo estatuto pasa a la fase de comisión, donde se podrá enmendar, al igual que en el Parlament.