Las esposas de Kirchner y Duhalde protagonizan la división peronista
El presidente de Argentina y su predecesor pugnan por Buenos Aires
La confección de las listas del Partido Justicialista argentino (en el Gobierno) ante las elecciones legislativas del próximo octubre ha desatado la lucha abierta entre el aparato que controla el Ejecutivo, encabezado por Néstor Kirchner, y el que lleva las riendas del partido, a las órdenes del ex presidente Eduardo Duhalde. Nuevamente el peronismo se devora a sí mismo en luchas internas poco antes de una cita electoral que resultará decisiva para las aspiraciones presidenciales de ambos dirigentes en 2007.
Mañana Kirchner proclamará candidata oficial al Senado por la provincia de Buenos Aires a su esposa, Cristina Fernández, y lo hará bajo las siglas de Frente para la Victoria -el mismo lema que le llevó a la presidencia, en 2003-, un movimiento político para el que ha prescindido del aparato oficial justicialista, cuyo máximo dirigente, Duhalde, pretende postular a su cónyuge, Hilda Chiche González, para el mismo puesto y bajo las siglas del Partido Justicialista. Como siempre pasa en política, y en la argentina más, la ruptura no es total y siempre queda la posibilidad de alcanzar antes de finales de agosto un acuerdo que permita a las dos listas concurrir unidas a los comicios, pero lo cierto es que las dos candidaturas separadas ya existen.
La provincia de Buenos Aires elige tres senadores, con lo cual, al menos matemáticamente, ambas mujeres podrían ir en la misma candidatura. Pero el dilema entonces sería quién encabezaría la lista. Aquí es donde se destapa que en realidad la pugna se trata de una demostración de poder de las dos tendencias que conviven en el Partido Justicialista. Por un lado, Duhalde, ex presidente del país, que controla todos los resortes del justicialismo en la provincia de Buenos Aires -donde vive más de un tercio de la población total argentina- y que ha sido el impulsor en la política nacional de Kirchner, quien no habría llegado a la presidencia del país desde la provincia de Santa Cruz, al sur del país, sin el apoyo del partido. Enfrente se encuentra el actual mandatario argentino, quien desde que accedió a la Casa Rosada ha buscado ganar autonomía del aparato de su propio partido, y ahora se encuentra en condiciones de medir fuerzas en el feudo más importante del país.
Dada la hegemonía del peronismo en el panorama político argentino -con una oposición fragmentada y debilitada-, el desencuentro entre Kirchner y Duhalde es calificado por numerosos analistas como "una ruptura de la coalición de Gobierno", similar a la ocurrida en el pasado. Así, Ernesto Tenembaum pone como ejemplo lo sucedido en los años noventa entre el presidente -también peronista- Carlos Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo. O en 2000 entre el radical Fernando de la Rúa y su vicepresidente, Carlos Chacho Álvarez. "La historia entonces no terminó bien", recuerda. La diferencia entre aquellas crisis y ésta estriba en que la actual se produce en un momento de recuperación económica y en que es provocada por el propio presidente, que decide romper con quienes le han alzado al puesto.
Ambos dirigentes llevan semanas lanzándose mensajes y advertencias más o menos directas sobre el enfrentamiento que mantienen. Hace tres días las calles de Buenos Aires aparecieron con cientos de carteles en los que se leía "queremos a Chiche", y Duhalde anunció que para hoy presentaría oficialmente la candidatura de su esposa, aunque finalmente postergó el acto. Desde el otro bando, Cristina Fernández anunciará su candidatura mañana en La Plata, capital de la provincia, de la mano del gobernador Felipe Solá, quien actúa de ariete en la pugna contra el aparato del partido. "A Duhalde se le cayó la careta. Hemos escuchado de Duhalde muchísimas veces su apoyo absoluto y total a Kirchner y a este proceso, pero yo dije que no era cierto", señaló Solá, quien aseguró que Duhalde llegó a decir en el pasado que "quienes se opusieran al presidente Kirchner y al gobernador Solá eran unos traidores a la patria". Además, en las listas de Kirchner al Congreso figuran líderes piqueteros, algo a lo que Duhalde se opone.
Para enredar más la situación, desde la oposición se denuncia que en caso de concurrir a las elecciones de octubre con dos listas diferentes, el Partido Justicialista estaría violando la Constitución "porque el mismo partido podría tener en el Congreso la mayoría y la minoría", según Ricardo López Murphy, líder de Recrear Argentina y candidato a senador.
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