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Entre el arte y la antropologia

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El explícito objetivo de abordar seriamente las posibilidades de una etnografía del hecho artístico es lo que ha motivado la serie de investigaciones desarrolladas por el profesor Ricardo Sanmartín (Valencia, 1948), catedrático de Antropología Social en la Universidad Complutense de Madrid, que ahora, muy oportunamente, se recogen en el libro Meninas, espejos e hilanderas. Ensayos de Antropología del arte, de la editorial Trotta, recién aparecido y que motiva el presente comentario y recensión.

De hecho, algunos de los primeros materiales recopilados por el autor, como trabajo de campo, fueron elaborados hace ya más de dos décadas. Pero esa estrategia de directa información, a partir de los numerosos y diversificados encuestados / informantes, que con él han colaborado (muchos de ellos desde el contexto valenciano) se ha mantenido sistemáticamente activa en las distintas opciones investigadoras, cuyos resultados se exponen en la obra.

Junto a los datos obtenidos de los informantes, como fuente directa, el investigador ha recurrido asimismo a un amplio repertorio bibliográfico, que se facilita también como apéndice, y ha desarrollado un cuidadoso análisis personal de un conjunto de obras literarias, plásticas y audiovisuales, que, en realidad, articulan, con sus referencias a modo de paradigmáticos ejemplos, algunos de los distintos capítulos, dedicados, según los casos, a Diego Velázquez, a Goya o a Antonio López, a las esculturas efímeras, que son las fallas, al género de la novela, a la literatura y el arte propio de la mística o al universo de la cinematografía. Tal es el abanico de sus intervenciones analíticas y expositivas.

La estructura de la obra podría describirse sencillamente apelando a las tres modalidades temáticas que la articulan: en una primera parte de carácter más sistemático -introducción y capítulo primero- se exponen las claves generales, metodológicas, teóricas y de fundamentación, que justifican esa interrelación entre la antropología y las manifestaciones artísticas; el resto de los capítulos (del 2º al 9º) constituyen otros tantos ejercicios de investigación, según las orientaciones de cada uno de ellos, que se adscriben bien al estudio de determinadas obras artísticas, bien a concretos temas o facetas del hecho artístico; un epílogo, que complementa los planteamientos expuestos con determinadas miradas y sugerencias de cara al futuro, cierra el volumen junto a la bibliografía y la filmografía utilizadas.

Realmente, el profesor Ricardo Sanmartín atiende de manera muy especial, en este libro, al estudio de dos procesos fundamentales: el de la creación / producción artística y el de la experiencia estética de la recepción e interpretación de las obras artísticas. Desde ambos ejes, aborda el antropólogo sus análisis textuales de la literatura especializada, desarrolla el estudio de los datos y opiniones aportados por los sujetos informantes (especialmente artistas plásticos y literatos) y ejercita sus directos abordajes de las obras artísticas vividas y experimentadas, con celebrada parsimonia.

Especialmente se esfuerza el autor, de forma constante, en contextualizar el arte en el marco general de la cultura de la época. Por ello las categorías de la "transtextualidad" y de la "transvisualidad" afloran por doquier, una y otra vez, en los diferentes estudios antropológicos que se nos ofrecen en la obra. Un texto siempre apela a otros textos para ser leído y una imagen necesita del recurso a las demás imágenes del museo imaginario para ser entendida.

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Ciertamente, teoría e historia se convierten en dos claves hermenéuticas fundamentales. Junto a las cuales la valoración personal y el juicio crítico, que no regatea el autor, se transforman además en un complemento determinante de las investigaciones desarrolladas. Es decir, que momento teórico, momento histórico y momento crítico constituyen realmente la trilogía metodológica de base.

La minuciosidad en los estudios dedicados a la lectura e interpretación de determinadas obras de Velázquez, expuestos en uno de los capítulos del libro de mayor solidez (el 6º), da nombre metonímicamente a la totalidad de la obra: Meninas, espejos e hilanderas. Pero otro tanto cabe decir de las reflexiones centradas en el tema de la memoria, de la infancia, de la creatividad y sus características, de la experiencia estética, del gusto y/o del goce artístico propio de la recepción.

Además, la redacción de la obra ha sido sumamente cuidada, alcanzando rasgos y cotas plenamente literarios, quizás no tan usuales en los estudios científicos de esta tipología. Moviéndose entre la reflexión estética, el estudio de campo antropológico y el análisis sociocultural de la historia del arte, la obra del profesor Sanmartín aporta muchas e interesantes conclusiones, en los diferentes apartados en los que se diversifica.

Un texto, pues, que, redactado desde la perspectiva de la etnografía artística y de la semántica social, podrá ser provechosamente leído y consultado tanto por especialistas como por las personas inclinadas a informarse sólidamente en torno a los ámbitos de la creación artística y de la recepción estética, vistos desde la aguda perspectiva de un antropólogo, preocupado ampliamente por las manifestaciones artísticas.

(*) Sanmartín, Ricardo. Meninas, espejos e hilanderas. Ensayos de Antropología del arte. Editorial Trotta. Madrid, 2005. 348 páginas. Ilustraciones en blanco y negro.

Román de la Calle es director del Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim).

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