El eje franco-alemán asegura a Rusia que la crisis de la UE no bloqueará la cooperación
Chirac, Schröder y Putin apoyarán el plan para aliviar la pobreza africana en la cumbre del G-8
La cumbre de ayer de los líderes de Francia, Jacques Chirac; de Alemania, Gerhard Schröder, y de Rusia, Vladímir Putin, ha servido para dejar constancia de que la crisis que atraviesa hoy la UE no está afectando a las relaciones con Moscú. Los tres políticos europeos celebraron ayer una cumbre informal en Svetlogorsk, en el enclave ruso de Kaliningrado, en la que hablaron de ampliar la cooperación entre Moscú y la UE y discutieron problemas mundiales clave, desde la ayuda a los países más pobres de África hasta los temas ecológicos, pasando por la reforma de la ONU y la seguridad energética.
Chirac admite que será difícil llegar a un pacto con EE UU sobre el Protocolo de Kioto
El encuentro transcurrió en la residencia Rus, a orillas del mar Báltico, y en el marco de los festejos del 750º aniversario de la ciudad de Kaliningrado, la antigua Köninsberg. Estas cumbres tripartitas han adquirido un carácter periódico a partir del 2002, cuando Alemania, Francia y Rusia crearon en Europa una alianza de los que se oponían a la guerra de Irak desatada por EE UU. Putin no eludió este tema ayer y se pronunció por pasar página en esta historia y mirar hacia el futuro.
"Creo que debemos dejar en el pasado las diferencias sobre la problemática de Irak. Tenemos que unir esfuerzos con EE UU y los países que hoy tienen presencia en Irak y que han asumido la función de colaborar a la estabilidad en ese país, con el fin de ayudar al pueblo iraquí a tomar en sus propias la responsabilidad por su destino", señaló Putin.
Uno de los temas centrales de la cumbre fue el desarrollo de la cooperación entre Rusia y la UE en el marco de los cuatro espacios comunes. "Hoy debemos llenar de vida esos espacios", señaló Chirac, quien aseguró que Rusia "ha sido y sigue siendo un socio estratégico de Unión Europea, independientemente de la crisis que hoy ésta experimenta".
"Considero que el problema sobre la Constitución de la UE es un problema interno de la Unión y que no se refleja de ninguna manera en nuestras relaciones con Rusia", agregó Chirac, mientras Schröder se mostró confiado en que la crisis de la UE será superada. El canciller alemán también está seguro de que "la crisis no tendrá consecuencias negativas para las relaciones entre Rusia y la UE, puesto que estas relaciones son naturales debido a sus particularidades geográficas e históricas y a su necesidad".
Alemania, Francia y Rusia se pronunciaron a favor de la aprobación del programa de ayuda a África en la reunión del G-8, que se celebrará esta semana en Gleneagles, Escocia. Los tres países, que abogan por mejorar la situación africana, proponen una "financiación adicional, con elementos nuevos", señaló Chirac. Schröder explicó que el G-8 planea "destinar para el 2010 el 0,5% del Producto Interior Bruto (PIB) a ayudar a los países más necesitados de África y elevar esa cuota al 0,7% del PIB para el 2015".
Putin subrayó que Rusia, "por supuesto que respaldará las iniciativas de ayuda a los países más pobres", ya que su actual situación económica se lo permite. Por eso mismo ya ha aceptado la propuesta de condonar las deudas de esos países. No obstante, Putin opinó que "la forma más eficaz de ayuda no es inyectar dinero, sino cambiar la política económica en relación a esos países", para lo cual "hay que disminuir las subvenciones a las diversas ramas de la economía de los países desarrollados, abrir sus mercados, realizar cambios institucionales y dar mayor unidad a las relaciones económicas internacionales".
El Protocolo de Kioto fue otro de los temas importantes de esta cumbre y que también se tratará en la reunión del G-8. En este campo, como reconoció Chirac, puede que no haya acuerdo en Gleneagles debido a la resistencia de EE UU, el único país del G-8 que no firmó el tratado para reducir los gases contaminantes. Putin subrayó que la ratificación del Protocolo por parte de Moscú fue posible gracias "a la labor conjunta" desarrollada por Alemania, Francia y Rusia.
"Estamos interesados en que el mayor número de países con economía potente se unan a las iniciativas sobre el clima", señaló Putin, al tiempo que prometió que Rusia tratará de continuar participando en el acuerdo ecológico después de su primera etapa, tras el 2012.
Rusia apoyará cualquier fórmula de reforma del Consejo de Seguridad de la ONU que sea aprobada por consenso y que no lo convierta en un simple "club de discusión", señaló Putin. "Lo más importante es que los debates sobre la reforma no conduzcan a una división de la organización no provoquen conflictos e incomprensión mutua", agregó. Putin y Chirac reafirmaron su apoyo a Alemania para que ésta se convierta en miembro permanente del Consejo de Seguridad.
El líder ruso aprovechó la cumbre en el enclave de Kaliningrado para anunciar que dará prioridad al problema de la seguridad energética en el 2006, cuando Rusia, que es uno de los principales productores y exportadores de hidrocarburos, presidirá el G-8. Schröder dijo que confía en que los documentos sobre la cooperación energética internacional estén preparados antes la cumbre del G-8 en Rusia, en el 2006, y que puedan ser firmados con anticipación. El canciller alemán manifestó que había que "encontrar un equilibrio razonable entre países donantes de petróleo, como Rusia, y consumidores". "Tenemos que discutir los precios de los recursos energéticos, conseguir una mayor transparencia en estos mercados, que constantemente son azotados por la ola de las oscilaciones bursátiles", dijo Schröder.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.