Las Cortes Valencianas abren una etapa de impulso autonómico con el nuevo Estatuto

Las Cortes Valencianas aprobaron ayer con los votos de populares y socialistas la proposición de ley de reforma del Estatuto de Autonomía. La propuesta se registrará el lunes en el Congreso de los Diputados, que debe ratificar el texto para que entre en vigor. Es la primera reforma estatutaria con garantías de ser aprobada en Madrid tras el fallido plan Ibarretxe y abre una etapa de impulso autonómico. Populares y socialistas hicieron efectivo el acuerdo alcanzado a finales de mayo para cambiar el vigente Estatuto, aprobado hace 23 años. Esquerra Unida votó en contra.

La reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana, donde gobierna el popular Francisco Camps con mayoría absoluta, salió ayer adelante con el voto a favor de 81 diputados del PP y el Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE) y cinco en contra de Esquerra Unida-L'Entesa. La aprobación de esta proposición de ley -que inicia el proceso de reformas estatutarias auspiciado el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero- cumple los requisitos que se habían marcado los partidos mayoritarios. Las últimas reformas estatutarias, de 11 autonomías, tuvieron lugar en 1998. De ellas, seis sufrieron modificaciones durante su tramitación en el Congreso de los Diputados.

Para el PP, el nuevo Estatuto valenciano cuenta con el doble consenso (en el Parlamento autonómico y en el Congreso), está dentro de la Constitución y no modifica ninguna ley estatal. "Nos propusimos hacer un Estatuto acorde y respetuoso con la Constitución y la unidad de España", dijo el portavoz del PP, Serafín Castellano, que recalcó que esta reforma se ha hecho "sin mirar hacia otras autonomías".

Para el PSPV-PSOE, la reforma permitirá a la Comunidad Valenciana estar en la primera línea del nuevo impulso autonómico. "Ahora no sólo somos iguales que las denominadas comunidades históricas, somos pioneros en el proceso [de reformas] que se abrió tras el 14-M", sentenció el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, que recalcó que el nuevo Estatuto no sólo resuelve la asignatura pendiente de dotar a los valencianos de mayor autogobierno, sino que "ha demostrado el valor del diálogo".

Esquerra Unida-L'Entesa votó en contra de la reforma, fundamentalmente por tres motivos: se mantiene el requisito de superar el 5% de los votos emitidos para obtener representación en las Cortes Valencianas; no se reconoce explícitamente la unidad lingüística del valenciano y el catalán; y los avances en materia de financiación son insuficientes. El portavoz de EU, Joan Ribó, criticó las prisas por aprobar la reforma, el blindaje bipartidista de leyes importantes y vaticinó que cuando Andalucía y Cataluña aprueben sus reformas se verá que el Estatuto valenciano es "el primero de la segunda división".

Tras la aprobación del articulado, Ribó solicitó que la votación íntegra de la reforma estatutaria fuese secreta. Petición que el presidente de la Cámara, Julio de España, rechazó de plano para evitar que cualquier error en las votaciones fuese interpretado como un castigo a Camps por parte de diputados zaplanistas críticos con el nuevo Estatuto.

Una vez aprobada la proposición de ley, los parlamentarios designaron, esta vez sí mediante votación secreta, a Castellano y a Pla para defender la reforma del Estatuto en el Congreso de los Diputados. Camps, que ayer renunció a intervenir en el pleno, también rechazó la posibilidad de defender en Madrid una reforma que ya se ha convertido en un punto de referencia para las demás. Presidencia de la Generalitat argumentó que, a excepción del vasco Juan José Ibarretxe, ningún presidente autonómico ha defendido la reforma estatutaria de su comunidad. El ex presidente de la Generalitat y actual portavoz del PP, Eduardo Zaplana, y destacados cargos populares, especialmente de la provincia de Alicante, estuvieron ausentes de un pleno al que sí acudió la secretaria nacional del PP de Política Autonómica, Soraya Sáenz de Santamaría.