La escasez de agua y el ruido preocupan cada vez más a los barceloneses
Concienciados desde hace años sobre la necesidad de reciclar los desechos o el daño de las emisiones contaminantes, los barceloneses se muestran cada vez más preocupados, también, por otras cuestiones como la escasez de agua y la contaminación acústica. Es uno de los resultados más relevantes de la Encuesta de hábitos y valores sobre el medio ambiente y la sostenibilidad que hizo pública ayer la tercera teniente de alcalde del Ayuntamiento y concejal de Sostenibilidad, Imma Mayol.
La encuesta, elaborada por el Ayuntamiento mediante entrevistas a domicilio a una muestra de 1.200 vecinos de Barcelona, ha sido interpretada por el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (Igob), de la Universidad Autónoma de Barcelona, y analiza tres variables: la información, la percepción y los hábitos -declarados- que los barceloneses tienen sobre el medio ambiente.
Mayol reconoció ayer: "[El estudio revela] que hay distancia entre lo que sabemos y pensamos y lo que hacemos", como ya ocurrió en la primera edición de la encuesta, realizada en el año 2000. El ejemplo más claro se produce entre los más jóvenes: es la franja de población más informada sobre cuestiones de sostenibilidad y, en cambio, están entre quienes menos hábitos sostenibles tienen. Acompañan a los jóvenes una mayoría de hombres, las personas que viven solas, quienes trabajan fuera de casa y los que tienen un bajo nivel de formación. En cambio, los mejores perfiles ambientales responden a personas mayores y que viven acompañadas, mujeres, jubilados, amas de casa y ciudadanos con alto nivel de estudios.
La huella ecológica
Mayol también destacó que "crece la conciencia ambiental y de la responsabilidad de todos en la huella ecológica". Hace cuatro años, por ejemplo, sólo el 2% de los encuestados citaba las consecuencias negativas para el medio ambiente de los "usos del ocio", un porcentaje que en esta edición se ha elevado hasta el 10% de las respuestas.
El reciclaje de residuos es el capítulo en el que los encuestados sacan mejor nota. El porcentaje de personas que declaran reciclar vidrio, plástico y papel es casi idéntico al del año 2000, y roza el 70%. Además, aumentan del 16% al 31% los vecinos que aseguran separar la fracción orgánica, un porcentaje que coincide con los barrios de Barcelona en los que está instalado este sistema de reciclaje.
En contraposición al reciclaje, la actitud de los ciudadanos se ha relajado en cuestiones como utilizar bombillas de bajo consumo o comprar productos sin envase. "La encuesta muestra que funcionamos mejor con las costumbres tradicionales y carencialistas, como apagar luces o cerrar el grifo, que con las actitudes que implican un cambio de modelo o un consumo alternativo", apuntó el director del Igob, Joan Subirats.
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