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La National Gallery de Londres reivindica a Stubbs como retratista de caballos

Pintor favorito de la nobleza inglesa del siglo XVIII y después relegado a un segundo plano como "artista deportivo", George Stubbs volvió a recuperar fama y prestigio en la segunda mitad del siglo pasado. Su retrato del caballo de carreras Whistlejacket es hoy el cuadro más popular entre las obras inglesas de la National Gallery de Londres. La pinacoteca reivindica ahora su originalidad y dominio científico en una muestra centrada en sus composiciones equinas.

Stubbs y los caballos reúne en las salas subterráneas del pabellón Sainsbury de la National Gallery, hasta el 25 septiembre, 35 pinturas y 32 trabajos en papel de George Stubbs (1724-1806). "Reivindicamos la figura de Stubbs como el más original y experto pintor de caballos en la Europa del siglo XVIII. Le diferencia de otros artistas su profundo conocimiento de la anatomía equina y se distingue por sus composiciones, en ocasiones, libres de cualquier figura humana o paisaje", señala Susan Foister, comisaria en Londres de esta exposición organizada con los museos estadounidenses Kimbell Art, de Fort Worth, y Walters Art, de Washington.

Stubbs llegó a extremos inusuales para estudiar la anatomía del caballo. Durante 18 meses se dedicó a diseccionar el cuerpo de este noble animal, concentrándose en el esqueleto, músculos y conductos sanguíneos. Documentó cada paso de la operación en el manual The anatomy of the horse, muchos de cuyos dibujos se exhiben en la exposición. El libro le sirvió de salvoconducto para cosechar los principales encargos de la aristocracia y nobleza que querían dejar constancia gráfica de su poderío y costumbres rurales.

En opinión de Foister, Stubbs "es el pintor inglés por antonomasia y sorprende que no se le haya reconocido tanto como se merece. Se le veía como un experto pintor de caballos y artista deportivo, rangos considerados inferiores hasta el siglo pasado, pero demostró una gran variedad en sus composiciones y un estilo muy original. Abarcó en su pintura todos los aspectos de la sociedad británica desde una perspectiva idealizada".

Stubbs cedió más protagonismo al caballo de carreras, los sementales, yeguas y potros que a sus propietarios. Incluye a la nobleza y sus sirvientes en muchas composiciones, pero destaca principalmente por sus escenas equinas sobre fondos neutros y libres de toda decoración. Bajo su mirada, el caballo revive entablando conversaciones silenciosas con otros animales o con los mozos de establo. Como admite la comisaria de la pinacoteca londinense, se debe reconocer a Stubbs como el "primer retratista del caballo" en la historia del arte.

Un grupo de personas observa el cuadro <i>Whistlejacket,</i> de George Stubbs.
Un grupo de personas observa el cuadro Whistlejacket, de George Stubbs.

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