El Gobierno resucita la demanda de las transferencias en plena apuesta soberanista

El nuevo Gobierno vasco aprovechó ayer la toma de posesión de sus once consejeros para recuperar la reivindicación de las transferencias del Estatuto de Gernika pendientes. En plena escalada soberanista, con la apuesta renovada por la autodeterminación y la consulta a la sociedad vasca en ausencia de violencia, la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, retomó ayer un debate que había sido superado durante la legislatura pasada por el plan Ibarretxe. Zenarruzabeitia advirtió de que en el Estatuto de Gernika "quedan muchas cosas por hacer, muchas transferencias pendientes por materializar, debatir y acordar". El tono conciliador que empleó para volver a poner encima de la mesa el debate de las competencias dista mucho del beligerante emplazamiento que en julio de 2002 realizó el Gobierno de Vitoria al Ejecutivo central.

En aquella ocasión, el tripartito lanzó un ultimátum de dos meses al Gobierno dirigido por José María Aznar para que traspasase las competencias pendientes (36, según el Ejecutivo vasco), con la advertencia de que las asumiría de forma unilateral si no se lograba un acuerdo a plazo fijo. La tesis para sostener este desafío era que las competencias ya pertenecen al Gobierno autonómico ya que están incluidas en el Estatuto, que tiene rango de ley orgánica, y las negociaciones con el Ejecutivo central sólo se refieren al traspaso de los recursos necesarios para poder ejercerlas.

Zenarruzabeitia desveló que a lo largo de 2004 ambas administraciones han mantenido contactos "de manera discreta" para desbloquear el proceso. Ahora, considera que ha llegado el momento de dar publicidad a esas negociaciones y comprobar si se pueden materializar públicamente en algo tangible, en traspasos efectivos. "Queremos seguir el camino del encuentro, del diálogo y del acuerdo", aseguró. Entre las principales demandas, destacan los traspasos para gestionar el Inem, la Seguridad Social, los centros penitenciarios y la investigación científica.Los consejeros juraron ayer sus cargos ante el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en un solemne acto celebrado en el Palacio de Ajuria Enea. La mayoría de ellos juró exclusivamente en euskera. Ibarretxe, consciente de su minoría en el Parlamento (32 de 75 parlamentarios), aseguró que negociará con la oposición los proyectos de ley y avanzó que en el mes de septiembre comparecerán los consejeros en el Parlamento para explicar sus propuestas y comenzará la negociación de los presupuestos de 2006 "con todos los partidos".

Tras la jura, los titulares de las diferentes carteras apuntaron las principales líneas maestras de su mandato. El responsable de Sanidad, Gabriel Inclán, fijó entre sus prioridades la de pacificar Osakidetza, convulsa en los últimos meses por las huelgas que han mantenido los sindicatos mayoritarios. Inclán ha sido uno de los consejeros que mayor desgaste sufrió durante la legislatura pasada.

Por primera vez en la historia de la sanidad vasca, los sindicatos convocaron un paro con carácter general en sanidad en protesta por la falta de inversiones, las malas condiciones laborales de la plantilla y el deterioro que ha experimentado el sector. Inclán anunció que "en poco tiempo" convocará a los sindicatos para "buscar la paz social". Entre las mejoras previstas, recordó que se está preparando una oferta pública de empleo para estabilizar la plantilla y que se va a desarrollar la carrera profesional de médicos y enfermeras.

Javier Madrazo, consejero de Vivienda, fue uno de los que se mostró más precisos a la hora de enumerar los objetivos para la legislatura. Su primera iniciativa será poner en marcha el Plan Director de Vivienda 2006-2009, que prevé la salida al mercado de casi 50.000 pisos protegidos. De éstos, 40.000 serán de nueva construcción (9.000 en alquiler social a 180 euros mensuales) y 8.000 vacíos que se movilizarán. Una de las caras nuevas en el Gabinete es la de la consejera de Transportes, Nuria López de Guereñu, quien deberá hacerse cargo de la controvertida Y ferroviaria. Ayer no hizo ninguna referencia explícita a esta infraestructua, aunque se despidió deseando que "el tren de Euskadi no se pare". Por su parte, Tontxu Campos, titular de Educación, resaltó lo fructífero que ha resultado el autogobierno en materia educativa.