Feliciano López abre la puerta
El toledano bate a Ancic y se convierte en el primer español que llega a los cuartos de final en 'la catedral' desde Orantes en 1972
La puerta estaba cerrada a cal y canto. Tenía ya las bisagras oxidadas de tanto tiempo sin que nadie la abriese. Y costó. Hubo que empujarla varias veces para que cediera. Pero, en su tercer intento, Feliciano López lo consiguió. Ayer, en una pista secundaria de Wimbledon, eliminó con un juego impecable al croata Mario Ancic, semifinalista en 2004, en tres mangas y se convirtió en el primer español que alcanza los cuartos de final en la catedral desde que Manuel Orantes disputara las semifinales en 1972. Han pasado 33 años y muchas generaciones de jugadores sucumbieron en el intento o ni siquiera se lo plantearon. Esta vez fue distinto.
"Estoy contento de estar ahí", dijo López, 33º en la clasificación mundial y cuya cara delataba su satisfacción; "lo he soñado desde hace mucho tiempo. Y lo acabo de lograr jugando un gran partido, sacando muy bien, restando y manteniéndome siempre muy concentrado". En las dos ocasiones anteriores en que había llegado a los octavos, en 2002 y 2003, el toledano había sucumbido por su falta de experiencia o por la calidad de su rival: el suizo Roger Federer le venció hace dos años. Sin embargo, ayer todos los elementos se confabularon para que cumpliera su objetivo.
Tuvo que desplegar, eso sí, todo el potencial de su tenis, que se adapta de maravilla a las exigencias de la hierba. Sacó de forma increíble y no sólo conectó siete aces, sino que también ganó otros 18 puntos directos con el servicio en los que Ancic llegó a tocar la bola. En contraste, sólo cometió una doble falta, lo que significa que no incurrió en errores a pesar del riesgo asumido. Ése fue un elemento fundamental en su victoria. Pero los aspectos más sorprendentes fueron el excelente nivel de su resto, el golpe que más ha evolucionado en su juego, y la madurez que demostró en los momentos decisivos. A sus 23 años, eso no se le conocía.
Quien fue perdiendo la cabeza fue precisamente Ancic. Temperamental como su ídolo, Goran Ivanisevic, perdió los nervios cuando cedió por segunda vez su servicio en el juego inicial del segundo set. Tiró la raqueta contra el suelo varias veces hasta romperla y fue amonestado por ello. Después se soltó improperios a sí mismo a medida que iba comprobando que su saque no le acompañaba. "Es cierto que no sacó muy bien", reconoció López: "cometió muchas más dobles faltas de lo habitual y eso me ayudó". Ancic, 21º del mundo, conectó sólo el 45% de sus primeros saques. Y, aunque obtuvo más puntos directos que el español -34 entre aces y con el saque-, sus 15 dobles faltas le condenaron: tres dieron breaks al español.
Sin embargo, había un motivo para tantas dobles faltas. Y es que López restó de modo impecable y eso obligó a Ancic a tomar muchos más riesgos en su intento de mantener el saque a toda costa. El croata sintió la presión porque descubrió pronto que el toledano no es ya el jugador frágil que ha sido toda la temporada. López se transforma en la hierba. Y ayer jugó sin errores y sabiendo aprovechar cada oportunidad.
"Es evidente que aquí ha demostrado una gran madurez", observó Jordi Vilaró, el técnico que le acompaña en este torneo porque Francis Roig decidió quedarse en Barcelona; "las victorias te ayudan a concentrarte y, en Wimbledon, Feliciano despliega una motivación extra. A lo largo de los años ha adquirido experiencias que resultan muy importantes y que van elevando el listón de cada jugador. Pero aún queda mucho trabajo por hacer en este sentido".
Por el momento, la cabeza de López parece funcionar con la perfección de un reloj suizo. Pero puede que, ahora que ya ha alcanzado su primer objetivo en esta competición, le cueste mucho más mantenerse sereno. "No puedo pensar más allá de mi próximo rival", explicó con el claro propósito de frenar la euforia; "no puedo pensar en llegar a las semifinales cuando debo enfrentarme todavía al australiano Lleyton Hewitt. Es un contrincante demasiado difícil. Pero no me conformo con los cuartos de final. Estoy jugando a gran nivel y me veo preparado para seguir ganando partidos". Hewitt, campeón en Wimbledon en 2002, ganó ayer al estadounidense Taylor Dent en cuatro mangas. En el único enfrentamiento previo se impuso a López el año pasado en la tercera ronda del Open de Estados Unidos.
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