La ética como factor de rentabilidad

Las empresas que aplican la responsabilidad social en sus estrategias no pierden dinero. Los índices lo demuestran. O se mantienen o, incluso, logran unos beneficios mayores. Y su inversión en ética se rentabiliza económicamente y más allá de la "tranquilidad moral" de estar aplicando unas reglas de responsabilidad social. Éste es el argumento no sólo de los expertos, sino el de la Comisión Europea, que está potenciando la aplicación de la ética empresarial como factor de competitividad.

El próximo día 11 de julio, comienza el curso de verano La responsabilidad social corporativa: entre la ética y la estrategia, organizado por la Universidad Jaume I de Castellón y la Fundación Etnor, que se celebrará en Villa Elisa, en Benicàssim. El objetivo del curso es, en primer lugar, definir en qué consiste el término tan manido de "responsabilidad social de las empresas". Además, se analizará la manera de aplicar esta teoría de manera que "no sea únicamente una cuestión de cosmética, sino un compromiso real del empresario", tal como ha señalado Domingo García Marzá, uno de los directores del curso.

"Alimentar" derechos laborales potencia la productividad, sostienen Eroski y el BBVA

Pero, además, el programa incluye la exposición de la experiencia de algunas empresas que ya han optado por aplicar estas reglas éticas, de manera que se pueda comprobar cómo la teoría es realmente aplicable. Todo ello estará complementado y completado por la participación de los dos grandes expertos internacionales y grandes teóricos de ética empresarial, el profesor de la Universidad de Pensilvania, Thomas Donaldson, y el de la Universidad de Notre Dame, Georges Enderle. Su inclusión en el ciclo de conferencias ha convertido a este curso en uno de los "estrellas" de la oferta de la universidad castellonense.

El programa también refleja la intención de los directores del curso, García Marzá y Elsa González Esteban, que pretenden que se exponga lo que se está haciendo en España en cuanto a ética empresarial, lo que se hace en Estados Unidos, país vanguardista en la teorización de esta estrategia, y lo que se está haciendo en Europa. Para ello, contarán con la participación del director general de Ocupación y Asuntos Sociales de la Comisión Europea, Dominique Bé. Y es que Europa está impulsando la aplicación de esta estrategia como una característica propia y distintiva de los productores europeos frente, por ejemplo, a los de otros países que actualmente suponen una amenaza competitiva, precisamente, porque no aplican ninguna medida ética.

La forma de desarrollar la teoría pasa, entre otras cosas, por no quedarse en los límites legales, por ejemplo, en lo que respecta al derecho laboral. "Dentro de los márgenes legales, una empresa puede adoptar una posición pasiva o dar un paso más allá", indica García Marzá, quien sostiene que lo mismo ocurre con otras estrategias. Una de ella es la relativa al respeto al medio ambiente. El codirector del curso incluso aporta como ejemplo el hecho de que cuando en una empresa se logra crear un buen ambiente tras alimentar los derechos de los trabajadores, "se precisan menos medidas de control y se puede llegar a incrementar la productividad". Así lo sostienen los índices que presentarán y de los que darán testimonio representantes de grupos empresariales como Eroski, BBVA y Telefónica.