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Reportaje:

La madre de las discusiones

Endesa alcanza un acuerdo con Argentina para descongelar las tarifas

Alejandro Rebossio

Tres años y medio de arduas negociaciones entre el Gobierno argentino y Endesa concluyeron el pasado día 17 con una carta de entendimiento sobre las tarifas de distribución eléctrica, congeladas desde la devaluación de 2002. Los funcionarios reivindican que el pacto excluye un aumento de precios para los consumidores residenciales, la empresa asegura que se logró lo mejor que se podía obtener y sólo se resignó lo perdido durante estos años, pero los analistas advierten de que el convenio postergó la discusión principal para el año próximo.

El acuerdo entre la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (Uniren) y Edesur, una de las dos distribuidoras de Buenos Aires, establece un régimen de transición de las tarifas que regirá a partir del 1 de noviembre próximo, nueve días después de las elecciones legislativas que marcan la mitad de la gestión de Néstor Kirchner. Se incrementarán el 23% los precios de distribución para las industrias y los comercios, que suponen dos tercios de la energía que provee Edesur y que pagarán una tarifa final un 15% superior. El economista Facundo Etchebehere, de la Universidad Católica Argentina (UCA), considera que el Gobierno concilió con este convenio la necesidad de recuperar las inversiones y la de llegar a los comicios sin un alza de precios para los votantes. El gerente general de Edesur, José María Hidalgo, admite que el argumento es "comprensible".

El precio de la distribución se eleva un 23% para las industrias y los comercios, que suponen dos tercios de la energía que provee Endesur

Nuevas inversiones

Del 23% de incremento de la tarifa de distribución, la filial de Endesa se podrá apropiar del 18%. La compañía debió comprometerse a invertir 62 millones de dólares el año próximo. El restante 5% se destinará a un fideicomiso para financiar obras eléctricas. La empresa española se resistía a aceptar este desvío, pero terminó asumiéndolo bajo la condición de que quien decida esas inversiones sea Edesur, según explica Hidalgo. La intención original del ministro de Planificación argentino, Julio de Vido, radicaba en que el Estado dirigiese el destino de los desembolsos. El Gobierno también pretendía crear exigencias de inversión a las empresas de servicios públicos, pero con Edesur sólo ha conseguido hacerlo para 2006. Al año siguiente volverá a regir lo establecido por la ley de privatización eléctrica, de 1992, que establecía que el Estado sólo puede juzgar al operador por el cumplimiento de criterios de calidad en el servicio. No hay que olvidar que Edesur perdió el pasado año ocho millones de euros, después de unos números rojos de cinco millones en 2003.

Endesa anhelaba que este año se practicara la revisión integral de tarifas -incluidas las de clientes hogareños-, prevista por el contrato para 2002. Sin embargo, la madre de las discusiones quedará para el año próximo, según se estableció en la reciente carta de entendimiento. El nuevo esquema comenzó a discutirse esta semana, deberá terminar de negociarse el 30 de septiembre de 2006 y regirá desde noviembre de ese año hasta 2011. Hidalgo asegura que no le molesta la postergación del debate, sino que está satisfecho con que por fin se haya convenido un plazo para la revisión integral y con que la negociación se entable con un organismo técnico, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), y no con uno político, como la Uniren, codirigido por De Vido y el ministro de Economía, Roberto Lavagna.

Sólo cuando finalice esta revisión integral, Endesa desistirá de la demanda por 1.476 millones de euros contra Argentina, ante un tribunal del Banco Mundial, por la desdolarización y congelación de las tarifas de 2002. La firma española se negó a retirarla este año, tal como reclamó el propio Kirchner y como prometió hacerlo Gas Natural, porque lo único concreto que se le concede ahora es un aumento parcial de precios.

"Lo importante de este acuerdo es que han comenzado a moverse las negociaciones con las empresas de servicios públicos, después de que el Gobierno se cerrara a recomponer la ecuación de las compañías", destaca el economista Miguel Bein. Gas Natural está cerca de un pacto, según De Vido. La discusión con Aguas de Barcelona afronta todavía escollos, pero continúa, mientras que la de Telefónica no se ha iniciado, aunque tampoco parece correrle prisa.

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