El primer ministro palestino sale entre tiros de un campo de refugiados
Si anteayer el primer ministro palestino, Ahmed Qurei, había expresado su enfado tras el encuentro con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ayer no ocultó su rabia por los disparos de un grupo de milicianos palestinos durante su visita al campo de refugiados de Balata, en Nablús. "Estos hechos no obstruirán la aplicación de los planes de seguridad para acabar con el caos que reina en Gaza y Cisjordania. El enfrentamiento contra el caos y el desorden público empezará aquí, en Nablús y en sus campos de refugiados", exclamó Qurei, visiblemente molesto por los tiros de decenas de miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatah.
Los activistas armados dispararon al aire tras no ser autorizados a entrar en el recinto en el que el primer ministro pronunciaba un discurso ante dirigentes locales. Qurei sintió de cerca el significado de la fauda (caos) que reina en muchos lugares de los territorios palestinos. Abandonó el edificio protegido por sus guardias de seguridad, mientras gritaba a los milicianos: "Ésta no es la manera de resolver vuestros problemas. En vez de hacer esto, por qué no venís a mi oficina para hablar sobre cómo encontrar una solución".
Uno de los milicianos presentes en el incidente dijo: "No queríamos hacer daño a nuestro hermano. Sólo nos enfadamos por no poder entrar. Queríamos pedirle la liberación de nuestros presos". Según el Ministerio del Interior palestino, tras la salida de Qurei, dos palestinos resultaron heridos.
También ayer, los líderes palestinos expresaron su irritación tras la reunión con Sharon. El presidente, Mahmud Abbas , dijo "estar enfadado sobre todo por la actitud" de su interlocutor. Uno de los dirigentes palestinos asistentes a la reunión comparó su actitud con "la de un profesor enfadado que reprende a sus alumnos".
Mientras Sharon insiste que "si no hay cese de la violencia no habrá concesiones políticas", Abbas replica que sólo conseguirá frenar a los extremistas si a cambio recibe "apoyo político y un horizonte de negociaciones" que ofrecer a su pueblo.
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