El Gobierno cree "insuficiente" el anuncio y exige el abandono definitivo de la violencia
La Moncloa insiste en que "seguirá trabajando sin cesar por la paz en Euskadi"
El Gobierno y el PSOE consideraron ayer "insuficiente" el anuncio de ETA de cesar sus atentados contra los electos de los partidos políticos y se remitieron a la declaración que la víspera realizó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega: "El único comunicado que quiere comentar el Ejecutivo es aquel en el que ETA anuncie que deja de matar, que deja de extorsionar, que abandona definitivamente la violencia". No obstante, en La Moncloa insistían ayer en que "se iba a seguir trabajando sin cesar por la paz en Euskadi".
El comunicado de ETA de ayer por la noche confirmó lo que en círculos gubernamentales adelantaron el viernes, al conocer el primer texto de la banda: que el proceso va a ser diferente a los anteriores, como el de Argel, de 1989, y el de Suiza, de 1999, que resultaron precedidos de una tregua que abrió paso a un diálogo del Gobierno con ETA.
Confirmó, por tanto, que el proceso será "largo y complejo" en el que "habrá nuevos comunicados y pronunciamientos de ETA" hasta que se produzca, como estiman los más optimistas, un cese definitivo. En este sentido, en los medios gubernamentales consultados no ha sorprendido lo sucedido porque desde hacía algunas semanas se había descartado un comunicado de la banda anunciando, a corto plazo, el cese definitivo de las armas.
Facilitar la vía política
El anuncio de ETA, con la decisión del cese de la violencia sobre los políticos electos, también pone en valor una de las singularidades del comunicado de la banda de la víspera, en el que asumía las resoluciones de la Asamblea de Anoeta, de noviembre de 2004, de la ilegalizada Batasuna, en las que planteaba la canalización por la vía política del llamado "conflicto vasco". Con ello, asumía también la interlocución política de Batasuna.
La interpretación que ayer se hacía en círculos socialistas era que ETA, como organización militar, "cesaba las amenazas contra los electos políticos para facilitar la vía política". En los medios más optimistas, se apuntaba, incluso, que éste "podía ser el primer paso para el cese definitivo de las armas" ante el que nadie se atreve a pronosticar ningún calendario.
Pero más allá de las posibilidades de futuro que se puedan abrir, el anuncio de ETA de ayer tiene una consecuencia inmediata, como es que los miles de políticos electos amenazados dejarán de estarlo. Afecta, sobre todo, a los concejales del PP y del PSOE que, desde enero de 1995, fueron uno de los principales blancos del terrorismo etarra.
En aquella fecha, en que ETA asesinó al teniente alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, Gregorio Ordóñez, del PP, la banda empezó a aplicar su ponencia Oldartzen, la política de "socialización del sufrimiento", con el asesinato de concejales, convertidos en uno de los blancos preferentes del terrorismo etarra.
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