El éxito del iPod repercute en el aumento de las ventas de ordenadores Apple

Think Different. Piensa diferente. Con ese eslogan, Apple trataba hace años de que los consumidores compraran un Mac, un ordenador minoritario que, con un mercado inferior al 3%, parecía en vías de extinción.

Finalmente Think Different ha cuajado, pero no en la vía que Apple preveía. No han tenido que pensar diferente los consumidores, sino los ejecutivos de Apple. Para vender más ordenadores no hay que diseñarlos redondos, cuadrados, naranjas o azules; para vender más ordenadores hay que vender más tocadiscos, o sea más iPods.

Think Different, efectivamente. Un reproductor musical, el iPod, le ha devuelto a Apple la salud económica, la imagen juvenil y, sobre todo, el consumo de masas, algo que, de tan olvidado, llegó a despreciar en algún momento.

En el último trimestre, la compañía multiplicó casi por siete sus beneficios, pasando de 35 millones de euros a 224. Las ventas crecieron un 70% respecto al mismo periodo del año anterior. La explicación no era otra que el éxito de su reproductor musical unido a su tienda de música iTunes, que tiene el 70% de la compra mundial de música por Red.

En enero, febrero, marzo, Apple consiguió vender más de un millón de ordenadores, lo que le supuso un incremento del 43%. Por primera vez en muchísimos años, los ordenadores Mac ganaban cuota de mercado. También, por primera vez en mucho tiempo, el 40% de las ventas se realizaban fuera de su país, Estados Unidos. En un año ha triplicado el valor de su acción, lo que le ha permitido entrar en el ranking de las 500 empresas del mundo más importantes, que publica Financial Times. No estaba desde el año 2000, colocada en el puesto 340, ahora ingresa en el 159.

Especialistas en mercadotecnia han bautizado este cambio en el consumo de Apple como efecto Halo: la onda expansiva que se produce en el consumidor satisfecho para animarse a comprar otro artículo de la misma marca.

En el trimestre vendió en todo el mundo 1.070.000 ordenadores Macintosh y 5.311.000 iPods, un 558% más de reproductores musicales que en el mismo periodo del año anterior. Es decir que esta empresa nacida para el consumo doméstico de ordenadores, en realidad vendió cinco reproductores MP3 por cada ordenador.

El éxito inesperado del iPod ha desarrollado una industria de accesorios a su alrededor, lo que da idea también de sus carencias. Por ejemplo, no tiene lector de tarjetas ni conexión Wi-Fi ni algo tan básico, por lo menos en España, como la incorporación de la radio. Quizá por eso, en España las ventas del iPod sólo sean el 2,3% del total, según la consultora GfK; mientras que en otros países como Inglaterra llega a obtener la cuarta parte del mercado.

Pese al éxito mundial del aparato, de la marca y del modelo, es más un objeto de distinción, que otra cosa. En este año, de cada 100 reprodutores MP3 vendidos en Europa sólo 8,6 serán de Apple.

Tampoco las variantes baratas, como el iPod Shuffle, parece que hayan tenido el mismo gancho comercial. El consumidor, puesto a estirar el bolsillo, prefiere el mítico. Mientras, se ha retrasado sine die la colaboración Motorola-Apple para lanzar el iPod con teléfono. Parece que las operadoras no quieren quedarse fuera del jugoso mercado de compra de música a través del teléfono.

Pendientes del MP3

La dependencia empresarial del iPod es tan fuerte que tiene sus riesgos. Hace una semana, la acción de Apple perdió el 5% del valor al publicarse en Internet que había un exceso de inventario de sus modelos.

En concreto las críticas eran sobre el iPod Shuffle, el menos caro en la gama de los iPods, de 80,75 euros. Apple, como es costumbre, no ha salido al paso de esta información, pero los expertos auguran que las cuentas del trimestre que acaba en junio no serán tan positivas.

Con la ola del iPod a favor, Apple tiene que aprovechar la simpatía del consumidor para ponerle a su alcance ordenadores más baratos, tendencia a la que no es ajena la decisión de poner en sus ordenadores chips de Intel en lugar de los de IBM, como era tradicional.

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