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El 43% de las adolescentes de 15 y 16 años de la región se somete a dieta

Una de cada nueve chicas se provoca el vómito para perder peso, según Sanidad

Oriol Güell

Las adolescentes madrileñas de 15 y 16 años mantienen con su cuerpo una relación difícil, según revela un estudio de la Consejería de Sanidad. Un 35,5% de ellas se somete a dieta para adelgazar y un 8% adicional lo hace para no engordar. Además, una de cada nueve (un 11%) se provoca el vómito, y el mismo porcentaje es capaz de estar 24 horas sin ingerir alimentos como forma de perder peso. Un 7% también toma diuréticos o laxantes para obtener el mismo fin.

Algunos chicos siguen las mismas prácticas, pero son muchos menos. Un 14% está a dieta (la mitad para perder peso y la mitad para no ganarlo), mientras que sólo uno de cada 30 llega a pasar 24 horas sin comer. Menos del 1% se provoca el vómito o toma medicinas para adelgazar.

Éstos son algunos resultados de la novena edición del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo Asociados a Enfermedades No Transmisibles (Sivfrent), una encuesta anual que la Consejería de Sanidad realiza entre los adolescentes de la región para conocer sus hábitos de salud y planificar así sus políticas de prevención.

Un total de 2.039 jóvenes de 46 centros escolares contestaron el año pasado por escrito, con la garantía del anonimato, a las preguntas de los técnicos de la Dirección General de Salud Pública. Agustín Rivero, responsable de este departamento, presentó ayer los resultados.

Éstos demuestran que los chicos se preocupan aparentemente mucho menos que ellas para tener una figura ideal y, además, cuando se valoran a sí mismos lo hacen de manera bastante acorde con la realidad. Un 16,7% dice verse con sobrepeso u obesidad, cifra muy cercana al 17,3% que realmente está en estas condiciones.

Entre las chicas, en cambio, las diferencias entre la realidad y la propia imagen son notables: sólo un 6,1% sufre realmente de sobrepeso u obesidad, mientras que las que dicen sufrirlos son seis veces más: un 37%. El estudio, sin embargo, demuestra que los adolescentes no adoptan muchas veces los hábitos que les llevarían a tener la figura corporal que desean: un 31,4% de ellos y un 27,6% de ellas comen dos o más raciones de bollería industrial al día, menos de un tercio del total come verdura todos los días, un tercio no toma fruta y uno de cada cinco adolescentes consume cuatro o más veces a la semana chucherías saladas.

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Además, un 46% de las chicas hace poco deporte (menos de tres veces a la semana), porcentaje que se reduce al 12,3% en el caso de los muchachos.Los responsables de Salud Pública advierten, en resumen, "una tendencia desfavorable en el equilibrio energético de los adolescentes", es decir, que cada vez consumen más calorías (especialmente a través de la bollería industrial, chucherías y productos cárnicos) y queman menos, con un aumento del sedentarismo y un descenso de la actividad deportiva.

La encuesta Sivfrent también indaga en otros hábitos que tienen impacto en la salud de los adolescentes: consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales; prevención en las relaciones sexuales, y comportamientos de riesgo, como circular en coche sin llevar el cinturón de seguridad abrochado o en moto sin el casco.

Lo más destacable de los resultados de 2004 es la ruptura de la tendencia descendente que venía registrándose desde el 1996 y, especialmente, desde 2000 en el consumo de alcohol, tabaco y la mayoría de las drogas.

Hace nueve años fumaba un 31% de los chicos, mientras que lo hacía un 23,7% de las chicas. El año pasado fueron un 23% y un 19%, respectivamente. Esta cifra había sido, en 2003, la menor desde la creación de la encuesta Sivfrent en 1996: un 22,7% entre los chicos y un 15,6% entre ellas.

La misma tendencia ha sido detectada con el consumo de alcohol: en 1996, un 16,8% de los chicos y un 15,7% de las chicas eran bebedores de riesgo -más de 50 centímetros cúbicos de alcohol diarios para los muchachos, 30 centímetros cúbicos en el caso de las chicas-. En 2004, estas cifras fueron del 11,6% entre ellos y del 9,5% entre ellas. En 2003, también el año en el que el Sivfrent registró el menor consumo desde su creación, los porcentajes fueron del 9,8% entre los chicos y del 8,8% entre las chicas.

Los adolescentes madrileños también tomaron el año pasado más drogas que en 2003, rompiendo una tendencia descendente que, salvo en los casos del hachís y la cocaína, venía registrándose en los últimos años.

Cinco sustancias

Los datos de consumo aumentaron en cinco sustancias -tranquilizantes sin prescripción médica, hachís, cocaína, heroína y alucinógenos (ver cuadro)- y descendieron en otros tres tipos de estupefacientes: éxtasis, speed o anfetaminas y sustancias volátiles (colas u otros disolventes).

La droga más consumida, por uno de cada cuatro adolescentes, fue el hachís. Esta droga es la única que mantiene una tendencia al alza, suave pero sostenida, en la última década.

Uno de cada 30 adolescentes tomó cocaína en 2004, una cifra que se mantiene con ligeros altibajos desde 2001, y uno de cada 50 se administró tranquilizantes sin prescripción médica.

La encuesta también pone de manifiesto que para los jóvenes es relativamente fácil acceder a las drogas: a un 30% se las han ofrecido en el último año y a un 15% en los 30 días anteriores a la realización del estudio.

Los resultados de 2004 también ofrecen un dato negativo en lo que se refiere a las relaciones sexuales, ya que aumentó por tercera vez el número de los adolescentes que mantienen relaciones sexuales sin adoptar métodos anticonceptivos eficaces (píldora anticonceptiva o preservativo).

En 2001 eran un 9,3% los que no las adoptaban, cifra que aumentó el año pasado hasta el 11,9%, es decir, una cuarta parte más. El preservativo es el método elegido por los adolescentes en el 98,8% de los casos, mientras que apenas el 1,2% optan por la píldora.

A los 15 años, un 13,4% de los adolescentes ha mantenido alguna vez relaciones sexuales con penetración, cifra que casi se dobla a los 16 años: un 25,4%.

Los datos de seguridad vial de 2004 sí ofrecen una notable mejora respecto a los del año anterior. Los adolescentes de 15 y 16 años que utilizan el cinturón de seguridad cuando circulan en coche por la ciudad aumentó del 80% al 84% en el caso de los chicos y del 83% al 86% entre las chicas.

Sin cinturón en carretera

La misma tendencia se observa cuando el coche circula por carretera: apenas un 8,9% de los chicos y un 7,6% de las chicas no lo utilizan. Un año antes, estas cifras eran del 12,9% y del 9,8%, respectivamente.

El uso del casco al circular en motocicleta también aumentó el año pasado en la región, aunque aún son más de un tercio los adolescentes que no lo usan de forma habitual. Además, 2004 fue el primer año en el que los chicos lo utilizaron más que las chicas: un 64% ellos por un 58% ellas. Un año antes, estos porcentajes fueron del 55% en ambos sexos.

Esta mejora en la conciencia en seguridad vial, sin embargo, se ve matizada por otro dato: un 21% de los adolescentes se ha subido a un coche pese a saber que su conductor se encontraba bajo los efectos del alcohol. Este dato ha empeorado en 2004, ya que en el año anterior fue del 18%.

Los jóvenes sí admiten que cada vez reciben más información sobre temas de salud en los centros escolares. Pese a ello, un 37,1% afirma que no ha sido informado sobre los peligros del tabaco (un 44,8% en 2003), un 29,2% sobre el alcohol (un 37% el año anterior), un 31,6% sobre drogas, un 23,7% sobre métodos anticonceptivos y un 36,6% sobre el sida.

Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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