Mueren seis niños y seis mujeres al volcar una patera que navegaba hacia España
En la lancha, que se hallaba a 10 kilómetros de Tánger, viajaban más de cien inmigrantes
Al menos 12 inmigrantes subsaharianos -seis mujeres y seis niños de corta edad- murieron ayer al volcar, 10 kilómetros al este de Tánger, en Marruecos, la lancha con la que pensaban alcanzar la costa andaluza. El naufragio se produjo al alba. Varios testigos afirmaron que la patera se hallaba a una veintena de metros de la costa y que a bordo había más de cien personas. "La mayoría alcanzaron tierra a nado y se esfumaron", relató un vecino. Fuentes de la Gendarmería Real afirmaron anoche que habían detenido a 90 supervivientes.
El siniestro se produjo junto a la playa de Sidi Kenkouch, en una zona rocosa y poco profunda, según relató a este periódico M. Nuri, redactor del diario tangerino Ashamal 2000. Varios testigos declararon que la embarcación, una lancha semirrígida de siete metros de eslora, iba sobrecargada. Las autoridades se basan en sus testimonios para calcular que a bordo viajaban más de 90 personas, 64 de las cuales son de origen subsahariano y el resto marroquíes. La cifra es exagerada, ya que las lanchas similares que han llegado abarrotadas a las costas andaluzas nunca han transportado a más de 70 personas.
Tanto como la sobrecarga, en el trágico desenlace debió desempeñar un papel fundamental el fuerte temporal de viento que azota desde hace una semana la costa norte de Marruecos.
Uno de los supervivientes, de nacionalidad senegalesa, declaró a Efe que en la patera había más de una docena de niños. "Cuando acabábamos de zarpar, una gran ola hizo que la embarcación volcara a pocos metros de la playa, por lo que la mayoría pudimos alcanzar la costa a nado", relató.
Mujeres en dificultades
Sin embargo, "las mujeres, muchas de las cuales iban con sus hijos, fueron las que tuvieron más dificultades para ganar la orilla, y algunas no lo consiguieron", explicó. Esas mujeres fallecieron cuando intentaban salvar la vida de sus hijos, según el relato del superviviente senegalés.
"Los que pudimos llegar a la playa, nos refugiamos en el bosque que está justo detrás", explicó. Allí fueron detenidos por la policía marroquí a lo largo del día de ayer.
"Varias personas vieron desde la costa lo que sucedió", explica M. Nuri. "Ellas han contado que la patera volcó y que la mayoría de sus ocupantes cubrieron a nado los 20 o 30 metros que los separaban de tierra. Luego se esfumaron".
A última hora de la tarde de ayer, las fuerzas de seguridad marroquíes afirmaron que habían detenido a la mayoría de los fugitivos y que éstos habían sido trasladados al cuartel de la Gendarmería Real de Tánger.
No fue posible confirmar la información de fuentes no oficiales citadas por la agencia Efe, según las cuales cuatro agentes de las Fuerzas Auxiliares, cuerpo que se encarga de vigilar las costas del país, han sido detenidos en relación con el naufragio. Los cuatro agentes habrían recibido 90.000 dirhams (unos 9.000 euros) por hacer la vista gorda ante la salida de la lancha.
La proximidad del lugar del naufragio a Ceuta hace suponer que los inmigrantes procedían de uno de los campamentos de subsaharianos que abundan en los montes de alrededor de la ciudad española y que son desmantelados periódicamente por las fuerzas de seguridad marroquíes.
La violencia empleada por los agentes en estos desalojos ha sido denunciada en numerosas ocasiones por organizaciones humanitarias instaladas en la zona. "Andarían por los alrededores buscando a alguien que les proporcionara una patera, y al final lo encontraron", especula M. Nuri.
La Red de Asociaciones del Norte de Marruecos Chabacka y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía emitieron anoche un comunicado conjunto en el que expresan "su dolor ante la muerte de 12 personas en el intento de encontrar una vida más digna". También hacen pública "su solidaridad con todas las personas que están padeciendo enormes sufrimientos para ejercer su derecho a emigrar, como recoge el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
El comunicado añade que "el traslado de la frontera sur de la UE a Marruecos, convirtiéndolo en un verdadero gendarme de Europa, con el incremento de la represión sobre los subsaharianos o el cerco de campamentos como el de Benyunesh, está llevando a estas personas a una situación desesperada. Personas que han tenido que atravesar media África soportando grandes penalidades".
"No es de extrañar", prosigue, "que se arriesguen a subir a una patera hasta 105 personas, provocando la muerte de 12, entre ellas seis menores, lo cual añade si cabe mayor carga trágica a lo sucedido".
El comunicado afirma que "con estas 12 muertes son ya 134 las víctimas de la emigración clandestina en el entorno del Estrecho. De ellas, 81 han aparecido en las costas del norte de Marruecos y del Sáhara".
A pesar de la magnitud de la tragedia y de su proximidad a las costas españolas, a última hora de ayer las autoridades marroquíes no habían comunicado oficialmente al Gobierno español el accidente, ni siquiera para alertarle sobre la posibilidad de que la corriente llevara algunos cuerpos hacia aguas españolas.
11 niños en 14 meses
Al menos 11 niños han muerto en los últimos 14 meses en naufragios de pateras que trataban de llegar a España
El último caso conocido hasta ayer se produjo el pasado 19 de abril, con el fallecimiento por hipotermia de un bebé de tres meses en los brazos de su madre cuando la patera en la que iban junto a otras 22 personas -entre ellas, otros dos bebés, una niña y cuatro mujeres embarazadas- arribó a las costas de Tarifa.
Apenas dos semanas antes, el 31 de marzo, al menos dos niños de 10 años y varias mujeres se ahogaron sin que sus cuerpos pudieran ser recuperados en aguas del Atlántico al naufragar la embarcación en la que intentaban alcanzar la costa sur de El Hierro.
El 1 de agosto de 2004, entre los cinco inmigrantes muertos al hundirse frente a la costa de Tarifa la patera en la que viajaban una treintena de personas, se encontraba una mujer subsahariana con un bebé de unos seis a ocho meses en sus brazos.
Por último, el 17 de abril de 2004, un bebé de nueve meses falleció ahogado junto con otras 16 personas en aguas de Fuerteventura (Canarias), tras naufragar las dos pateras en las que intentaban alcanzar las costas de la isla.
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