Todos los partidos menos el PP confían en un próximo acuerdo sobre el Estatuto catalán
ERC asegura que evitará "rebajas" en Madrid
Ni las diferencias se encuentran tan enquistadas ni la posibilidad de llegar a acuerdos tan alejada. Los mensajes de optimismo se multiplicaron ayer en todos los partidos catalanes que, con la excepción del PP, confían en los tímidos avances de la cumbre del Estatuto celebrada el pasado sábado y en posteriores negociaciones informales para aprobar el nuevo texto antes de las vacaciones de agosto. ERC, que ya da por hecho el sí del Parlamento de Cataluña al nuevo Estatuto, se postuló como la formación que impedirá "rebajas" durante su futura negociación en Madrid.
A pesar de que en la cumbre del pasado sábado quedaron por atar más cabos de los que el tripartito catalán hubiera deseado, ninguno de los partidos que apoyan el Gobierno de Pasqual Maragall quiso sucumbir ayer al pesimismo. Si el propio presidente ya dijo el sábado que veía "ganas de estatuto" en todos los partidos, ayer el PSC se puso manos a la obra para lograr en los próximos 30 días un verdadero consenso en torno al nuevo texto estatutario, y esto implica que el PP y CiU vean satisfechas algunas de sus reivindicaciones.
Tras constatar que CiU se mantiene enrocada en su reivindicación de lograr un sistema de financiación similar al concierto económico de Euskadi y Navarra, los socialistas hicieron un guiño al PP de Josep Piqué. Miquel Iceta se mostró confiado en que los populares "apoyarán una reforma del Estatuto que se ajuste plenamente al marco constitucional, y los socialistas catalanes garantizaremos que así sea". En opinión de Iceta, redactar un Estatuto que el Congreso acabe rechazando por inconstitucional sólo generaría "frustración", y puso a su partido como garante de que "no será así".
Iceta también tuvo un mensaje para CiU, una formación que, en opinión del PSC se encuentra "más proclive al acuerdo" que hace unas semanas.
El líder convergente, Artur Mas, recogió el guiño y también se refirió a las "buenas perspectivas" que para el Estatuto generó el encuentro del sábado. Pero ahora que CiU parece estar por el acuerdo, su objetivo es que las discrepancias del resto de partidos se hagan públicas para acabar con la imagen, falsa según Mas, de que sólo las demandas de CiU entorpecen la redacción del Estatuto.
Los más contrarios a este método son los representantes del PP, a los que la discreción de la ponencia les permite negociar más cómodamente sus desacuerdos y amortiguar los reveses producto de su exigua representación parlamentaria (15 diputados sobre 135). "A nadie le gusta perder votaciones en público", constatan fuentes del PP.
Esquerra Republicana es quien más euforia destiló en la jornada de ayer. En una fiesta de partido celebrada en el parque de la Ciutadella de Barcelona, el secretario general de la formación, Joan Puigcercós, dio por hecho que el Estatuto saldrá adelante y se ofreció como garante de que el mismo texto que se acuerde en el Parlamento de Cataluña se aprobará en el Congreso de los Diputados. Su partido, dijo, está preparado para movilizarse "si algunos trataran de hacernos creer que las rebajas anunciadas en Madrid son buenas para Cataluña".
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