Transportes afirma que ha llegado la hora de aplicar medidas contra el uso del coche

El consejero de Transportes en funciones, Álvaro Amann, observa con gran preocupación el imparable crecimiento del número de vehículos. "Ya no hay sitio para más", asegura en una entrevista a este periódico. Su previsión es que, si no se produce un cambio de mentalidad en los ciudadanos respecto al uso del coche privado, las carreteras vascas estarán al "borde del colapso" en un plazo de cinco años. Para evitar esta situación, apuesta por una labor de pedagogía y de concienciación, pero también considera que ha llegado el momento de aplicar medidas disuasorias contra la utilización indiscriminada del vehículo particular.

La Autoridad del Transporte, máximo órgano en la materia y que está integrado por todas las instituciones de la comunidad autónoma con competencias en tráfico y carreteras, tiene planteado encima de la mesa la cuestión. "Mi objetivo es que se adopten decisiones firmes", resalta el consejero, aunque puntualiza que las medidas disuasorias se deben implantar de una forma selectiva y contando con todas las administraciones y colectivos relacionados con el tráfico. "Si una institución intenta una medida por su cuenta, la apoyaré, pero creo que tiene más fuerza algo global", señala.

Incluso se muestra partidario de que sea el propio Parlamento vasco quien se pronuncie sobre la cuestión, dando al tema un rango mayor. "La gente debe entender que es un lujo realizar determinados trayectos con el vehículo propio y ese lujo hay que pagarlo", enfatiza.

Amann considera que en la actualidad existe una oferta de transporte público suficiente como para satisfacer las necesidades de movilidad de la población y para reducir al menos en un 50% el uso del vehículo privado en las áreas más conflictivas de las capitales vascas.

"El tren es el único medio que garantiza a los ciudadanos que van a llegar puntuales a su destino", insiste, y se lamenta de que el metro de Bilbao sólo ha conseguido captar entre un 10 y un 15% de los coches privados que circulaban por la capital hasta su puesta en uso.