Los militares bolivianos aseguran que defenderán la democracia
El Parlamento intenta reunirse en Sucre para buscar una salida a la crisis
La cúpula militar de Bolivia aseguró ayer que defenderá la decisión que tome el Parlamento para resolver la profunda crisis que vive el país, e hizo un llamamiento a todos los sectores sociales para evitar una guerra civil. "Las Fuerzas Armadas siguen con atención el desarrollo de los acontecimientos y, en el marco de sus atribuciones, actuará, si es necesario, para preservar la soberanía, el imperio de la ley y la democracia", afirmó el almirante Luis Aranda, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas bolivianas, en un mensaje retransmitido por televisión antes de que el Parlamento se reuniera en Sucre, capital constitucional del país. "Exhortamos a los miembros del Congreso y a los sectores movilizados a escuchar a todos los actores que están haciendo oír su voz para evitar un enfrentamiento entre bolivianos", dijo el almirante Aranda. Los parlamentarios debían decidir primero si aceptan la dimisión del presidente Carlos Mesa, y, en caso afirmativo, elegir a un sucesor o convocar elecciones anticipadas.
Más de un millar de manifestantes exigieron en las calles de Sucre la dimisión en pleno del Gobierno y del Parlamento y el nombramiento como sucesor de Mesa del presidente del Tribunal Supremo, Eduardo Rodríguez, como paso previo a la convocatoria de elecciones anticipadas. Los partidos tradicionales bolivianos prefieren que el jefe del Senado, Hormando Vaca Díez, se haga cargo de la presidencia. Oriundo de la rica provincia de Santa Cruz y miembro de la élite política boliviana, Vaca Díez es tremendamente impopular entre los campesinos, mineros e indígenas, que han protagonizado las manifestaciones de las últimas semanas en varias ciudades del país. El almirante Aranda subrayó ayer, en su declaración televisada, que el Congreso debe "interpretar de la manera más clara posible el sentir del pueblo boliviano", lo que fue interpretado como un llamamiento a la convocatoria de elecciones.
El Gobierno español, por su parte, envió ayer un avión militar a Lima, capital de Perú, para facilitar una posible evacuación de la colonia española en Bolivia, compuesta por unas 3.500 personas. Páginas 2 y 3
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