La OTAN aprobará una intervención limitada en Darfur
Los ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte darán hoy el visto bueno a los planes de intervención de la Alianza en la región sudanesa de Darfur, en cooperación con la Unión Europea, y como apoyo a la operación de pacificación encargada por la ONU a la Unión Africana. El objetivo esencial de esta operación será facilitar el transporte para poder aumentar antes de septiembre el número de efectivos desde 2.700 hasta 7.800.
La operación de Darfur pone de nuevo a la par a la OTAN y a la UE, que se esfuerzan por manifestar en público que no hay competencia entre ellas. Las aportaciones de Estados Unidos y Canadá serán coordinadas por la OTAN, que espera también que algún otro país aliado se coloque bajo su tutela, mientras que otros Gobiernos han preferido actuar en coordinación con la UE.
Entre estos últimos países se encuentra España, cuya aportación (dos aviones CASA, cinco observadores, ayuda logística y adiestramiento) irá por vía comunitaria. "La OTAN y la Unión Europea trabajarán con plena transparencia y complementariedad", señaló una fuente aliada. "Es lógico y pragmático".
La Alianza se centrará en el transporte estratégico (de larga distancia) y en la oferta de un número muy pequeño de expertos. "La OTAN no piensa implicarse por más tiempo del necesario para cumplir la misión que se le ha pedido por la Unión Africana", señalaron las citadas fuentes. "Sudán ha dejado claro que no quiere ver soldados occidentales sobre el terreno", precisaron. En cualquier caso, el proceso llevará meses, dadas las dificultades esperadas para conseguir los alrededor de 5.000 hombres adicionales que deben aportar Suráfrica, Nigeria, Ruanda y Senegal.
Afganistán, Kosovo e Irak también serán hoy objeto de debate entre los ministros de Defensa de la OTAN. Aprobada la operación de extensión al Oeste en Afganistán, con la decisiva intervención española, los ministros empezarán a plantearse el despliegue en el sur del país, donde operan desde 2001 las fuerzas comandadas por Estados Unidos bajo el nombre de operación Libertad Duradera. Ese futuro despliegue empezará a estudiarse con detalle tras las elecciones legislativas y locales de septiembre, que plantean unos riesgos superiores a las presidenciales del pasado octubre.
Para Kosovo está previsto mantener los 17.000 efectivos aliados en este año crucial en el que debe discutirse tras el verano el futuro estatuto de la provincia serbia, que fue convertida en 1999 en un protectorado de Naciones Unidas. La guerra en Kosovo terminó hace seis años con la entrada de las tropas de la OTAN tras 78 días de bombardeos por las atrocidades cometidas por el Ejército serbio contra la población albanesa.
Irak ha perdido toda virulencia política en el seno de la OTAN tras la decisión unánime de los aliados de intervenir, cada uno de ellos a su manera, en la pacificación del país.
