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Reportaje:SIGNOS

El símbolo del árbol del pan

El arqueólogo Desiderio Vaquerizo retrata la Córdoba romana en una novela

Manuel Planelles

A Desiderio Vaquerizo (Herrera del Duque, Badajoz, 1959) se le escaparon de las manos los personajes de su novela El árbol del pan (Plurabelle). Era la primera vez que se enfrentaba a la ficción, pero cuenta que, a mitad del relato, aquellos que habían nacido de su imaginación ya iban por libre. Vaquerizo, profesor universitario y arqueólogo, sacó a la calle su primera novela hace unos meses.

La novela se centra en los temas universales que han llenado durante siglos páginas y páginas: el amor, la muerte, las ansias humanas por trascender al fin... Pero Vaquerizo añade su particular perspectiva: la Córdoba romana del siglo I como fondo para la trama.

Lo paralelo discurre en El árbol del pan. Por un lado Marcos, un catedrático de arqueología entrado en años, se enfrenta a la recta final de su vida. Por el otro, el hallazgo de un monumento funerario de la antigua Corduba sirve para recrear los hábitos diarios de la familia romana. Las dos historia fluyen paralelas hasta que se cierran en la muerte.

"Son dos círculos que están separados por 2.000 años pero que confluyen... Hay cosas que no cambian nunca: el miedo ante la muerte; que el hombre se considere el centro del mundo... Pero, al final, acabamos siendo sólo un nombre tallado en una piedra", sostiene Vaquerizo. Ese nombre que aparece en el monumento funerario que Marcos, el protagonista de la novela, encuentra en unas excavaciones.

Ritos funerarios

"Los arqueólogos vivimos de la tierra, de esa en la que al final acabamos todos... Vivimos de la muerte", afirma. "Al final, te das cuenta de que a todos nos cuesta reconocer que tenemos que morir para que vivan otros". Vaquerizo lleva años estudiando los ritos funerarios en la antigüedad y ha utilizado sus investigaciones como fuente: "Me he podido ahorrar la parte del trabajo de documentación", sostiene.

La sucesión de contrarios también es otro eje argumental. "El amor y el desamor, la ternura y la desolación, Eros y Tanatos". Y al fondo, dominándolo todo, está el árbol del pan, el símbolo de lo estable, de lo que permanece y trasciende al ser humano.

El último empujón para escribir esta primera novela se lo dieron los responsables de la editorial cordobesa Plurabelle, quienes le animaron para que abordara la Corduba romana. "Realmente, faltaba una novela histórica sobre la Córdoba del siglo I. Yo la tenía en la cabeza, pero pensaba escribirla cuando estuviera jubilado", explica Vaquerizo, quien tiene que utilizar los pocos ratos libres que tiene y vacaciones para escribir: "Lo hago por diversión".

Aunque el peso de la trama está en la ficción -en la historia de amor y distanciamiento del catedrático Marcos con una de sus alumnas- lo riguroso también tiene un hueco en El árbol del pan. Vaquerizo ha querido que todo lo referente a lo arqueológico y a la reconstrucción de la vida de la familia romana sea lo más científico posible. "He utilizado la documentación que he ido acumulando durante años de investigaciones y he intentado hacer un fuerte esfuerzo didáctico para acercar la cultura romana a nuestros tiempos".

De hecho, al final de la novela incluye un completo glosario con términos de la antigua Roma. "Se podría leer perfectamente por separado, el glosario es una historia en sí mismo", afirma. Además, los nombres y las vidas de los personajes romanos están sacadas, "en su gran mayoría", de epitafios de la época, que ha ido encontrando a lo largo de 20 años de investigaciones y trabajos arqueológicos.

Pero Vaquerizo no quiere que nadie se engañe, no ha buscado hacer un manual novelado de arqueología: "Mi objetivo último era remover sentimientos con la trama, quería que los personajes trasmitieran... Eso es lo mejor de la novela". Por eso, para sus siguiente proyectos, quiere dejar de lado lo histórico para seguir profundizando en los sentimientos y pasiones del ser humano.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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