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Las asociaciones de padres piden más profesionales contra el acoso

Los expertos se encargarían de las actividades fuera de las clases

La muerte de Jokin, el adolescente de 14 años que se suicidó el pasado 21 de septiembre después de sufrir durante meses las agresiones de sus compañeros de instituto en Hondarribia, ha encendido las alarmas de la comunidad educativa. Sobre todo, las de los padres, que se sienten impotentes ante un fenómeno que afecta a seis de cada 100 alumnos de Primaria. Por eso, sus asociaciones van a solicitar a Educación que incorpore a los colegios el próximo curso profesionales con experiencia en la resolución de conflictos y capaces de abordar el matonismo escolar.

Se trata de que estos profesionales, de un perfil similar al de los educadores sociales, se ocupen de las actividades que quedan al margen del horario lectivo, como pueden ser los comedores, el transporte escolar y el resto de actividades. Otro de sus cometidos puede ser la formación del profesorado en el campo del acoso escolar, que se caracteriza por el hostigamiento entre los alumnos del mismo centro y aula.

Imanol Zubizarreta, presidente de la Asociación de Padres de Alumnos de la Escuela Pública de Guipúzcoa, explica que la presencia de ese tipo de profesionales en los centros se ha convertido ya en una necesidad. "Las personas que se ocupan de áreas como el comedor y el transporte tienen una preparación a menudo inferior a la del profesorado y puede que ante un problema sus respuestas no sean las más adecuadas".

La percepción es que el problema puede ser controlado en las aulas, pero un colegio tiene muchos espacios y muchas áreas de actividad a las que el profesorado no llega. "El acoso se da, sobre todo, fuera del aula", apunta Zubizarreta. Sobre el papel que desempeñan los docentes, considera que existe de todo. "Algunos puede que no se impliquen lo suficiente, pero el fenómeno del acoso afecta al conjunto de la comunidad educativa, desde padres a profesores pasando por la administración", recalca.

La muerte de Jokin, el adolescente de 14 años que se suicidó el pasado mes de septiembre tras sufrir durante meses la persecución y las agresiones de un grupo de compañeros de su instituto de Hondarribia, ha disparado la alarma social. El matonismo escolar siempre ha existido en mayor o menor media, pero la sociedad empieza a concienciarse ahora de la gravedad y profundidad del problema. Tras la muerte de Jokin, la demanda por parte de los padres de cursos de formación en acoso escolar ha crecido de forma espectacular. "Los padres echan de menos disponer de más conocimientos. Los chavales no vienen con un manual debajo del brazo y, a menudo, los padres no sabemos hacer frente a este tipo de problema", destaca Zubizarreta.

Ayudar a los profesores

Junto a la demanda de profesionales con experiencia en resolver conflictos, las asociaciones de padres solicitarán al nuevo Departamento de Educación más financiación para organizar este tipo de cursos.

Juan Carlos Alonso, presidente de la Asociación de Padres de Alumnos de la Escuela Pública de Álava-Denon Eskola, lamenta la falta de información que sufren los progenitores y demanda a la administración educativa que les haga más partícipes de sus políticas para atajar este problema. "Parece que el Departamento de Educación no ve a los padres como un colectivo eficaz para combatir el acoso entre alumnos, pero ahora es cuando los profesores más nos necesitan y queremos ayudarles y trabajar con ellos para mejorar la convivencia dentro de la escuela".

Según Alonso, el hostigamiento entre los alumnos le ha pillado de "sopetón" a la Administración, que "desconocía lo que estaba pasando en el sistema". "Entre todos hay que resolver el problema", insiste.

Para Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario entre los docentes de la red pública, las recientes sentencias en el caso de Jokin y en el de la ikastola Olabide, de Vitoria, demuestran que los centros educativos no son espacios de impunidad, en los que sólo debe regir el reglamento educativo.

El secretario general de Enseñanza de CCOO, Javier Nogales, asegura que las sentencias judiciales "acaban con esa vieja y retrógrada idea de que el acoso escolar es algo que siempre ha existido y que debía ser asumido con una cierta naturalidad y permisividad". "El acoso", añade, "es un delito y tiene sus consecuencias penales fuera del estricto ámbito escolar". Nogales también pide a la Administración que dote a los tutores de la formación adecuada.

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