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La presión fiscal se eleva al 34,45% del PIB en el primer año de gobierno socialista

La revisión del crecimiento de los últimos años rebaja el peso de los ingresos tributarios

Lucía Abellán

Los ingresos fiscales aumentaron casi medio punto su peso en la economía el año pasado. La presión fiscal creció 0,43 puntos, hasta representar el 34,45% del PIB, según datos de Hacienda. No obstante, la revisión al alza del PIB de los últimos años ha disminuido el peso de los ingresos tributarios sobre la economía (con el PIB anterior habrían representado el 36,12%). La mayor presión fiscal respecto a 2003 obedece casi en exclusiva a las comunidades autónomas, donde ha crecido más de medio punto, mientras que en la Administración central desciende 0,26 puntos.

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La presión fiscal (porcentaje que representan los impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social sobre el PIB) crece desde el año 2002. La buena marcha de la actividad económica y la creación de nuevos tributos, sobre todo en comunidades y ayuntamientos, propician el incremento de los ingresos fiscales. El año pasado las administraciones públicas recaudaron un 8,6% más por impuestos, por encima del crecimiento nominal de la economía, que fue del 7,2%.

Los datos, publicados ayer por el Ministerio de Economía y Hacienda, constatan un alza de 0,43 puntos respecto a 2003, con lo que la presión fiscal escala hasta el 34,45% del PIB. La cifra resulta, no obstante, mucho más moderada que las divulgadas hasta ahora y obedece al reciente cambio introducido en las cuentas nacionales. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revisado al alza el volumen de PIB de los últimos años. El aumento de la población inmigrante, entre otros elementos, llevó a los expertos a la conclusión de que las cifras estaban infravaloradas.

De esa forma, al crecer el volumen total de PIB (ahora se sitúa en 837.557 millones de euros), la misma cifra de ingresos fiscales (288.538 millones), que sí estaban contabilizados de forma fiable, pesa menos sobre el total de la economía. Con la base anterior del PIB, la presión fiscal en 2004 habría supuesto un 36,12% del total, frente al 35,66% de 2003, aseguran fuentes de Hacienda.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a no subir la presión fiscal durante su mandato. Sin embargo, el primer año de gestión ha culminado con un aumento de casi medio punto. El Ministerio de Economía argumenta que la Administración central no ha subido los impuestos y que son las comunidades autónomas las que experimentan un incremento en la presión fiscal.

En efecto, los ingresos fiscales han aumentado en las comunidades más de medio punto (0,55) y en los ayuntamientos, 0,14 puntos. Mientras tanto, en la Administración central se han reducido 0,26 puntos.

Esta disparidad obedece a varios factores. Entre 2003 y 2004, el Estado ha incrementado los recursos que traspasa a las comunidades (provenientes de ingresos fiscales) para que financien su gasto. Además de la financiación ordinaria, el año pasado se produjo la liquidación definitiva del sistema de financiación autonómica que se aplica desde 2002, lo que ha generado a las comunidades una nueva inyección de dinero que se contabiliza como ingresos fiscales de las administraciones autonómicas.

Otro motivo por el que la presión fiscal regional resulta superior es que, mientras el Estado apenas crea nuevos impuestos, las comunidades autónomas sí establecen nuevos gravámenes para financiar sus gastos (el céntimo sanitario, tasas medioambientales...). Las administraciones regionales financian el gasto más susceptible de generar déficit, el sanitario y el educativo.

Los impuestos sobre la producción y las importaciones son los que más han aumentado su peso en la economía (de representar el 11,9% del PIB han pasado al 12,16%). El principal en esta rúbrica es el IVA, tanto el que grava operaciones interiores (entre ellas la compra de vivienda nueva) como las importaciones. Este último capítulo creció mucho en 2004 debido al fulgurante ascenso de los precios del petróleo.

Crece el IRPF

También han aumentado los ingresos por impuestos sobre la renta, el patrimonio y las transmisiones patrimoniales. En esta evolución influye en primer lugar la recuperación del IRPF tras la reforma introducida en 2003. Ese año, el Gobierno del Partido Popular aplicó su segunda rebaja fiscal, por lo que los ingresos se resintieron. Una vez diluido el efecto, los datos de 2004 resultan más favorables. La elevada creación de empleo, que avanzó un 2,7% en 2004, contribuyó también a engrosar los ingresos por IRPF.

Frente al mayor peso de esos impuestos, las cotizaciones de empresarios y trabajadores a la Seguridad Social y los impuestos sobre el capital permanecieron prácticamente estables respecto a 2003.

Con el nuevo PIB, la presión fiscal española se aleja aun más de la media europea, especialmente de los Estados más desarrollados. El 34,45% español es el segundo dato más bajo de la UE de 15 Estados (después de Irlanda) y ocupa el puesto 16 de los 25 países miembros.

Las nuevas cuentas nacionales también benefician al volumen de deuda, que pasa de representar el 40,3% del PIB al 38,4%. El déficit resulta también una décima inferior (del 0,28% anunciado al 0,27%).

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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